Will Ferrell, Matt Piedmont, Andrew Steele, Diego Luna y Billy Rovzar destacaron lo positivo de abordar problemáticas sociales, a través de la comedia, como lo hicieron en “Casa de mi padre”.

Dar forma a una historia que critica los problemas sociales desde el humor no fue cosa fácil para Will Ferrell, pero el actor estadunidense asumió el reto con total respeto y se rodeó de elementos que le permitieron explorar, desde la sátira, el tema del narcotráfico en la franja fronteriza y así filmar Casa de mi padre.

La idea le valió a Will el respeto de sus compañeros de set, sobre todo de Diego Luna, quien aplaudió su labor: “no se cómo no se nos ocurrió a nosotros primero, debíamos haber sido quienes se lo propusiéramos a él y no al revés. Me gusta la visión que maneja de Estados Unidos y México y la crítica social que expone.

“Lo mejor era que la reflexión venía de Will, pero lo importante es que el cine nos abra la oportunidad de unir fuerzas, porque el cine no debe tener pasaporte ni nacionalidad”, añadió el actor y fan declarado de Will por su trabajo en Saturday Night Live.

Pero lo admirable para los mexicanos Diego Luna y Billy Rovzar (coproductor del filme) no fue reconocer en Ferrell un talento nato para la comedia, eso “estaba comprobado”, más bien, encontrar en el actor la capacidad de adentrarse en una cultura ajena y generar un humor capaz de conquistar a los mexicanos en español.

“No podía negarme, siempre he sido fan de Saturday Night Live, porque Will nos ha hecho crecer con ese tipo de comedia. Cuando surgió la idea de filmar la película fue un ‘sí’ incondicional aunque no había guión, no sabíamos lo que querían, pero era Will, eran Diego y Gael, eso es difícil de superar”, dijo Billy Rovzar.

Idea que apoyó Diego Luna al recordar que el ingrediente principal de cada día de rodaje era la comedia, “sabía que esta película me haría sentir como niño, cualquier idiotez que se me ocurriera en el rodaje se permitía, ahora ya no puedo actuar normal”.

Así que, adentrados en el humor, Will explicó que la cinta le permitió un ejercicio sano, “la oportunidad de burlarme del género de las telenovelas. En muchas películas que he hecho me he divertido, pero aquí, siendo estadunidense, me burlo de mí mismo. La película es un espejo de nosotros y muestra los problemas que tenemos”, dijo el actor.

Para profundizar en el comentario, Will explicó que la perspectiva que tiene del país no cambió tras concluir el rodaje, “tenía una visión honesta sobre México y el guión mostró que nosotros sí entendemos que los problemas en la frontera son compartidos. Creo que cuando la gente se divierte puede tener un efecto positivo”.

Pero no sólo los problemas de ambos países a causa del narcotráfico fueron los mencionados durante su presentación a medios, la dupla de actores no perdió la oportunidad de lanzar chispazos de humor, muy parecidos a los que juegan dentro de la historia dirigida por Matt Piedmont.

“No me identifico con mi rol, pero si me muero, quiero que sea con un whisky en la mano y asegurarme de que no caiga una gota, así me imagino mi muerte y ahora está filmada, éste es el proyecto más increíble en el que haya participado”, comentó Luna provocando una carcajada.

Incluso, al inicio de la conferencia, el error de un reportero arrebató a Will una carcajada, “ok yo no soy Colin Farrel, pero para ustedes sí”, aclaró el actor previo a comentar que su idea inicial era “estar en un filme único, hacer una sátira de los spaghetti western, de esas
(milenio)
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