Marco Lavoie no tuvo más remedio que comerse a su pastor alemán tras el ataque de un oso

El ataque de un oso que destruyó la canoa del canadiense Marco Lavoie junto con sus provisiones, obligó a éste a matar a su perro para no morirse de hambre.

Tres meses perdido, agonizando, con la mitad de su peso corporal y a 800 kilómetros de Montreal, así encontraron los equipos de rescate al hombre que no tuvo más remedio que comerse a su perro por mero instinto de supervivencia.
Las palabras "Quiero otro perro" de Lavoie tras su hallazgo en el bosque, cobran mayor importancia cuando éste relata la historia de su desaparición.
El destino quiso que, después de que el perro salvara la vida de Lavoie al conseguir ahuyentar al oso que destruyó su canoa y echó a perder sus provisiones, el hombre tuviera que elegir entre su salvador o su vida. Marco se vio obligado a acabar con la vida del cani tres días después del ataque al no encontrar nada de comida, y a este suceso los expertos en supervivencia aplauden la actuación de Marco de matar al ser la más acertada en esa situación.
 

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