En todo el mundo, existen unas 10.000 especies de saltamontes. Si a esta cifra le sumamos los grillos y grillotopos, tenemos que se cuentan sobre unas 20.000 especies de ortópteros.
Todos estos animales son muy parecidos entre si, aunque los grillos son de aspecto más rechoncho que los saltamontes.

Los saltamontes son de colores poco vistosos (son colores crípticos), ya sea, verdes o marrones, negros o amarillos, con manchas o de tonalidades más uniformes para camuflarse con la vegetación o con el suelo.

El tamaño es una de las grandes diferencias entre los saltamontes, los hay que miden escasos milímetros de longitud, sin embargo, también podemos ver saltamontes de hasta 15 cm de largo.

Como insectos que son, los saltamontes tienen respiración traqueal y respiran, por lo tanto, a través de los espiráculos que tienen repartidos por todo su cuerpo.

Los saltamontes tienen la cabeza triangular, un caso muy espectacular es el de Acrida ungarica.
Sobre su cabeza, descansan unas antenas que pueden ser muy largas o muy cortas según la especie, ubicadas cerca de unos grandes compuestos.
Los ojos de los saltamontes, por lo tanto, están constituidos por pequeños ojos pero están coordinados entre si para formar una imagen general.
Las antenas las emplean para orientarse y detectar los peligros que les pueden acechar desde la distancia. Con ellas, también huelen la comida y notan su sabor y son sensibles a la humedad y el calor.

Cada saltamontes se puede dividir para su estudio, en 3 pares: cabeza, tórax y abdomen. A su vez, el abdomen está dividido en 3 partes más (protórax, mesotórax y metatórax) y de cada una de ellas sale un par de patas.
Como todo insecto, el saltamontes tiene 3 pares de patas formadas por 3 partes (fémur, tibia y tarso).
Las gruesas y fuertes patas posteriores de los saltamontes están más desarrolladas que el resto y les permiten dar grandes saltos cuando realizan un brusco movimiento de distensión. En cambio, los dos pares de patas restantes son más finas y sólo le permite al animal avanzar por el suelo.
Gracias a los rápidos saltos los saltamontes consiguen evitar muchos enemigos.

Al principio del abdomen, los saltamontes tienen un tímpano visible externamente que les posibilita, por ejemplo, oír el canto que producen los individuos de su misma especie.Otra característica del abdomen estos insectos es su relativa flexibilidad que les permite respirar, poder copular, poner huevos gracias a las membranas flexibles que lo constituyen.
Los saltamontes, como los grillos y los grillotopos, son ortópteros, nombre que traducido literalmente significa alas rectas. En realidad, son las alas exteriores las que están endurecidas (decimos que son coriáceas) para proteger al par de alas interiores membranosas.
El par de alas anteriores está coloreado con colores acordes con el medio ambiente donde viven y les proporcionan, por lo tanto, las alas exteriores además de cumplir una función protectora de las alas posteriores, son un buen camuflaje.
El par de alas posteriores (o alas interiores) es mucho mayor que las exteriores y les capacita para volar y para comunicarse con sus semejantes, puesto que son de colores vivos (amarillas, rojas o azules) y actúan como señal para los otros saltamontes cuando están bien abiertas durante el vuelo.
Las alas anteriores les permiten a los saltamontes volar, aunque, generalmente, no pueden recorrer grandes distancias. Únicamente, son grandes voladores algunas langostas migradoras, como las langostas del desierto Schistocerca gregaria o la langosta migradora Locusta migratoria.
La razón de que la mayoría de saltamontes no pueden efectuar grandes vuelos se debe a que muchas especies de estos insectos tienen las alas muy pequeñas, como el pequeño saltamontes Pezotettix giornai o incluso ni tienen.
A pesar de que la gran parte de saltamontes no pueden volar durante mucho tiempo, es tiempo suficiente como para huir de los depredadores y
parásitos.
El salto es otro mecanismo defensivo de huida, y de hecho, es anterior al vuelo, por lo que ambos mecanismos están muy relaciones.
Deslizando la doble hilera de espinas de la tibia de las patas posteriores (parte más delgada que el fémur) contra los relieves del fémur, los saltamontes producen sonidos para atraer a las hembras.
En los días más calurosos, los saltamontes macho emiten sus cantos para atraer a las hembras y ahuyentar a otros machos.
Otro sistema de comunicación de estos insectos, a parte del canto, son los llamativos colores de las alas que despliegan cuando vuelan.

Sobre su alimentación:


Los saltamontes son animales herbívoros que comen sobre todo hierba, pero también hojas de otras plantas y frutos. Sólo algunas especies son omnívoras y se alimentan de otros insectos, sólo en caso de hambre.
Estos insectos seleccionan muy bien la comida antes de tomar bocado y la prueban mediante sus antenas que están dotados de papilas gustativas. Con sus poderas mandíbulas trituran muy finamente la comida antes de tragarla.


Sobre su reproducción:


Con la ayuda del ovopositor, la hembra de saltamontes deposita bajo la superficie del suelo los huevos. Una vez puestos, el saltamontes hembra envuelve con saliva el paquete de huevos para conferirles protección tras endurecerse.
Para darle más protección, la hembra, cuando finaliza la puesta, cubre los huevos con tierra.
La mayoría de saltamontes hace sus puestas en el suelo, directamente en la tierra o entre las raíces de las hierbas.
El tipo de suelo de preferencia para los saltamontes es el arcilloso, aunque algunas especies ponen sus huevos en terrenos arenosos o rocosos.
Pero antes de poner los huevos, la hembra comprueba si ese es un buen lugar para depositar los huevos con la ayuda del ovopositor que está provista de células sensitivas que les proporcionan información sobre las propiedades fisicoquímicas del suelo.
Así, el saltamontes hembra comprueba con el ovopositor la temperatura del suelo, el contenido en agua, su acidez y salinidad de la zona donde efectuará la puesta.

La puesta del saltamontes transcurre, en otoño o a finales de verano (agosto), y dura media hora o incluso más de 1 hora, según el tamaño de la puesta.
Poco tiempo después de la puesta, en septiembre, los adultos mueren, aunque permanecerán los huevos hasta el nacimiento de la nueva generación en primavera, en el mes de abril normalmente.
Sin embargo, algunas especies de saltamontes sobreviven al frío invierno como larvas hibernantes. Cuando llega el buen tiempo completan su desarrollo y son adultos mucho antes que el resto de saltamontes que deben empezar en primavera el ciclo desde la fase de huevo.

Los huevos pueden ser distintos en forma, tamaño, color, según la especie de saltamontes. También, en función de la especie, el tamaño de la puesta y la profundidad a la que son puestos es distinta.
La profundidad a la que la hembra coloca la puesta en el suelo es importante para la supervivencia del suelo porque determina la temperatura de incubación. Normalmente, son puestos a una profundidad de unos 3 cm.
Los huevos de saltamontes sufren, a veces, un proceso de diapausa cuando llega el invierno y las temperaturas bajan. Entonces no continuarán desarrollándose hasta la primavera siguiente.
Aunque en las regiones temperadas, salvo veranos muy poco calurosos o puestas tardías, los huevos de saltamontes reciben suficiente calor como para desarrollarse sin sufrir diapausa.

En la primavera siguiente, cuando llega el calor, nacen las crías de saltamontes, de color blanquecino, después de pasar el frío invernal al abrigo del suelo. Unos pocos minutos es el tiempo que necesita el pequeño saltamontes para liberarse del huevo, pero a menudo es demasiado tiempo, porque es durante la salida del huevo cuando los saltamontes son más vulnerables a los depredadores, sobre todo a hormigas.
Sin embargo, el saltamontes cuando alcanza el estado adulto, tiene las alas funcionales e, inmediatamente se depredende de las membranas que lo unen al huevo. Ya está preparado para enfrentarse a los depredadores.
Los saltamontes son insectos hemimetábolos porque tienen metamorfosis incompleta, es decir, no pasan por una etapa de pupa y las larvas se transforman directamente en adulto. Esto significa que las crías llamadas larvas o ninfas son muy parecidas a los adultos. Ahora bien, son obviamente más pequeños, carecen de alas y no tienen todavía desarrollado el aparato reproductivo.

El saltamontes necesita unas 6 semanas para alcanzar el estado adulto.
No obstante, el tiempo que dura cada fase de la metamorfosis depende mucho de las condiciones ambientales, como la temperatura.
La latitud donde viven los saltamontes influye también en su desarrollo. En las regiones más meridionales de Europa, como España o Italia, los saltamontes nacen antes que en los países de la misma Europa situados más al norte, como Bélgica porque el buen tiempo también llega antes.
Lo mismo que la latitud, la altitud también condiciona el desarrollo de los saltamontes por el hecho de que influye en la temperatura ambiental. En las zonas montañosas y frías, a menudo sucede que en lugar de completarse el ciclo en un año los saltamontes tienen un ciclo bianual.

Durante su desarrollo, los saltamontes pasan por varias mudas para desprenderse del armazón rígido que es el exoesqueleto. Si no se liberasen del exoesqueleto viejo, proceso llamado muda, los saltamontes no podrían crecer.
Al llegar a su última muda, a menudo es la sexta, el saltamontes llega a la vida adulta cuando se transforma en imago.

Los saltamontes no se reproducen inmediatamente al llegar a la fase de imago sino que, alcanzada la edad adulta, la reproducción del saltamontes se demora un par de semanas hasta que la hembra gana el peso necesario y hayan madurado los huevos.

Podemos ver los adultos de saltamontes, desde mayo (nacen en abril y mayo) hasta septiembre, momento en que mueren después de reproducirse.


Sobre los lugares en los que vive:
Los saltamontes pueden vivir en cualquier lugar del mundo, aunque en las zonas tropicales del planeta es donde hay más abundancia de estos animales.

El tipo de vegetación, el clima y el suelo son factores que determinan la abundancia de cada especie de saltamontes, pero en principio, los saltamontes son animales que viven en hábitats muy distintos.
De hecho, el hábitat les proporciona a los saltamontes la comida y un lugar adecuado donde poner los huevos.
En principio, los saltamontes son animales diurnos, pero cuando se dan unas determinadas condiciones de temperatura se vuelven activos por la noche.

Al llegar la noche, la mayoría de los saltamontes buscan sus refugios para descansar, pero también pueden permanecer inactivos en sus refugios durante el día cuando la temperatura no acompaña en días nublados o lluviosos.
Por la mañana, los saltamontes necesitan tomar unas horas de sol para estar activos.


Para defenderse del frío cuando llega la noche, los saltamontes pueden refugiarse entre la hierba o en el espesor de un arbusto.
En lugares del planeta extremadamente calurosos, como en amplias zonas de Australia donde se superan muy a menudo los 50ºC en verano, los saltamontes tienen recursos para evitar las horas de máxima calor. Se suben a las hierbas y otras plantas para que la propia vegetación les haga sombra.

Sobre los problemas que causa:

Los saltamontes pueden llegar a ser un problema para la agricultura. Cuando se da una gran afluencia de estos insectos (pueden llegar a cubrir toda la superficie terrestre) suponen un peligro para los cultivos y jardines porque causan una gran destrucción entre los vegetales que consumen.
Son las formas migradorias gregarias de algunas especies de saltamontes, como las langostas del desierto Schistocerca que azotan África o, en Europa, la langosta migradora Locusta migratoria as que constituyen una verdadera plaga. Otros saltamontes que pueden llegar a ser una plaga son la langosta mediterránea o langosta común (Dociostaurus maroccanus) y la la langosta italiana (Calliptamus italicus).
Las especies migradoras con sus vuelos continuados pueden recorrer e invadir grandes zonas del planeta, pero su nocividad también se explica por su gran poder reproductivo.

No obstante, también es verdad que los saltamontes, incluso Locusta migratoria, Schistocerca gregaria o Dociostaurus maroccanus, no representan ninguna amenaza para el hombre cuando viven solos o en pequeño número.
En cualquier caso, estos insectos son inofensivos para el ser humano, a diferencia de otros animales como tarántulas, avispas o ciempiés.

Los depredadores y los parásitos de los saltamontes influyen en la abundancia de estos insectos en la naturaleza y son el sistema que tiene la naturaleza para controlar sus poblaciones, pero aún así, a veces, se multiplican en exceso y constituyen auténticas plagas.
Las razones que explican la aparición reciente de plagas de langosta en Europa está en el aumento de las temperaturas en los últimos años, cosa que favorece su desarrollo y el abandono de los campos que aumenta la superficie de baldíos ideales para estos insectos.

Los insectos son los principales depredadores de los saltamontes. Las mantis y algunos escarabajos, como el meloido (Mylabris variabilis), consumen una gran cantidad de saltamontes. Algunas especies de moscas se alimentan de los huevos de saltamontes.
Los saltamontes se encuentran acosados también por los hongos entomopatógenos Entomophthora grylli que parasitan específicamente a los insectos ortópteros, es decir, a grillos y saltamontes.
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