EL UNIVERSAL abrió sus archivos para contextualizar El efecto tequila, película que se estrena el viernes y que aborda la corrupción que terminó en devaluación
Era 1982 y el cineasta León Serment veía que su primer sueldo en el mundo audiovisual se evaporaba tras la devaluación económica de ese año de fin de sexenio.
Tiempo después, en 1987, fue testigo de cómo, durante el rodaje de un comercial, el director y fotógrafo del mismo corrían de un lado a otro, llamando por los primeros teléfonos celulares, tratando de rescatar algo de lo que se estaba perdiendo en el banco.
Ocho años después, en 1994, le tocó vivir el llamado “error de diciembre”, que acabó en tragedia no sólo nacional, sino continental.
“A fin de cuentas, soy de una sociedad que ha vivido en cierta paz social, pero me doy cuenta de que las crisis económicas pueden ser tan violentas como una guerra”, comenta Serment.
Así que fue natural la hechura de su ficción El efecto tequila, que recuerda el fenómeno tras la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Y en ella participó EL UNIVERSAL, cuyos archivos fueron abiertos y puestos a disposición del realizador para contextualizar esta historia que muestra el entramaje entre un miembro del gobierno (Juan Carlos Colombo), quien goza de información confidencial para su provecho económico y los integrantes de una casa de bolsa en México (Eduardo Victoria y Víctor Civeira).
El filme ha sido llamado por cierto sector de la crítica como el Wall Stret a la mexicana, recordando la producción ochentera de Oliver Stone, donde se veía cómo un pequeño grupo de personas influía en la economía.
El efecto tequila, a estrenarse el viernes, también muestra la forma en que se despedazaron familias.
“Era la necesidad de contar cómo un drama financiero se vive en la sociedad”, explica el realizador.
“Se gestan dramas personales que tienen que ver con amores y desamores, encuentros y desencuentros, además de una pérdida de identidad de la gente y, por supuesto, la clase política de este país”, añade Serment.
En el elenco también figuran Karla Souza (Verano de amor), José Alonso (La tarera), y José María Torre, como esposa, padre y amante del personaje central de la historia.
Sacado de la realidad
Si en su ópera prima Kada quien su karma el entrevistado usó la comedia para expresarse, ahora recurrió a su pasado de documentalista para extraer cifras generadas por la devaluación del 94, así como notas que contextualizaban la situación de aquella década.
Además de notas publicadas por EL UNIVERSAL sobre los acontecimientos de 1994, hay entre otras cosas, videos de la toma de protesta de Ernesto Zedillo, mandatario del país.
La mención de que después del asesinato de Luis Donaldo Colosio subió la Bolsa de Valores es real.
“Eso pasó y ahí está documentado. No habría ninguna persona que pudiera decirme que he mentido o modificado las cosas”, subraya el realizador.
Y aprovechó frases de políticos para meterlos en la ficción.
Como cuando Carlos Hank González comentó que los políticos son más disciplinados que los militares, pues cumplen órdenes que jamás les serán dadas por alguien.
“Son frases que salieron de los labios de ellos, de Ernesto Zedillo, de otros políticos, no es algo que nos hayamos sacado de la manga”, comenta.
“También es cierto que hay muchos archivos que han desaparecido, que yo los había visto en algún momento y de pronto ya no estaban, pero nos favoreció mucho el Archivo General de la Nación y por supuesto la documentación de El UNIVERSAL”, detalla.
Pero eso sí, cuenta Serment, se cuidó que se vieran distintos puntos de vista, como el de Pepe Alonso, quien interpreta al padre del protagonista y es dueño de una fábrica de costureras.
Dicho personaje maneja una especia de democracia en su empresa y se niega a tener regalos de su hijo, productos de la corrupción.
“Finalmente”, cuenta Alonso, el actor, “se quiere decir que también hubo gente honesta en todo esto”
Para recrear sets de la época, el equipo de producción compró y consultó revistas que datan de esos años.
Adriana Rosique, productora de El efecto tequila, explica:
“Hacer una película ubicada de sólo años para acá es complicada, porque hay muchos gadgets que ya no existen o no son vigentes.
“Para las computadoras que se ven en las secuencias, utilizamos pantallas planas y se consiguieron carcasas de equipos del ‘94, carpetas de contabilidad, para ser apegado a cómo era”.
Era 1982 y el cineasta León Serment veía que su primer sueldo en el mundo audiovisual se evaporaba tras la devaluación económica de ese año de fin de sexenio.
Tiempo después, en 1987, fue testigo de cómo, durante el rodaje de un comercial, el director y fotógrafo del mismo corrían de un lado a otro, llamando por los primeros teléfonos celulares, tratando de rescatar algo de lo que se estaba perdiendo en el banco.
Ocho años después, en 1994, le tocó vivir el llamado “error de diciembre”, que acabó en tragedia no sólo nacional, sino continental.
“A fin de cuentas, soy de una sociedad que ha vivido en cierta paz social, pero me doy cuenta de que las crisis económicas pueden ser tan violentas como una guerra”, comenta Serment.
Así que fue natural la hechura de su ficción El efecto tequila, que recuerda el fenómeno tras la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Y en ella participó EL UNIVERSAL, cuyos archivos fueron abiertos y puestos a disposición del realizador para contextualizar esta historia que muestra el entramaje entre un miembro del gobierno (Juan Carlos Colombo), quien goza de información confidencial para su provecho económico y los integrantes de una casa de bolsa en México (Eduardo Victoria y Víctor Civeira).
El filme ha sido llamado por cierto sector de la crítica como el Wall Stret a la mexicana, recordando la producción ochentera de Oliver Stone, donde se veía cómo un pequeño grupo de personas influía en la economía.
El efecto tequila, a estrenarse el viernes, también muestra la forma en que se despedazaron familias.
“Era la necesidad de contar cómo un drama financiero se vive en la sociedad”, explica el realizador.
“Se gestan dramas personales que tienen que ver con amores y desamores, encuentros y desencuentros, además de una pérdida de identidad de la gente y, por supuesto, la clase política de este país”, añade Serment.
En el elenco también figuran Karla Souza (Verano de amor), José Alonso (La tarera), y José María Torre, como esposa, padre y amante del personaje central de la historia.
Sacado de la realidad
Si en su ópera prima Kada quien su karma el entrevistado usó la comedia para expresarse, ahora recurrió a su pasado de documentalista para extraer cifras generadas por la devaluación del 94, así como notas que contextualizaban la situación de aquella década.
Además de notas publicadas por EL UNIVERSAL sobre los acontecimientos de 1994, hay entre otras cosas, videos de la toma de protesta de Ernesto Zedillo, mandatario del país.
La mención de que después del asesinato de Luis Donaldo Colosio subió la Bolsa de Valores es real.
“Eso pasó y ahí está documentado. No habría ninguna persona que pudiera decirme que he mentido o modificado las cosas”, subraya el realizador.
Y aprovechó frases de políticos para meterlos en la ficción.
Como cuando Carlos Hank González comentó que los políticos son más disciplinados que los militares, pues cumplen órdenes que jamás les serán dadas por alguien.
“Son frases que salieron de los labios de ellos, de Ernesto Zedillo, de otros políticos, no es algo que nos hayamos sacado de la manga”, comenta.
“También es cierto que hay muchos archivos que han desaparecido, que yo los había visto en algún momento y de pronto ya no estaban, pero nos favoreció mucho el Archivo General de la Nación y por supuesto la documentación de El UNIVERSAL”, detalla.
Pero eso sí, cuenta Serment, se cuidó que se vieran distintos puntos de vista, como el de Pepe Alonso, quien interpreta al padre del protagonista y es dueño de una fábrica de costureras.
Dicho personaje maneja una especia de democracia en su empresa y se niega a tener regalos de su hijo, productos de la corrupción.
“Finalmente”, cuenta Alonso, el actor, “se quiere decir que también hubo gente honesta en todo esto”
Para recrear sets de la época, el equipo de producción compró y consultó revistas que datan de esos años.
Adriana Rosique, productora de El efecto tequila, explica:
“Hacer una película ubicada de sólo años para acá es complicada, porque hay muchos gadgets que ya no existen o no son vigentes.
“Para las computadoras que se ven en las secuencias, utilizamos pantallas planas y se consiguieron carcasas de equipos del ‘94, carpetas de contabilidad, para ser apegado a cómo era”.
EL UNIVERSAL
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