La multiplicación del nivel de testosterona en los hombres durante la adolescencia tiene un efecto directo sobre su desarrollo sexual. A esa edad, dice la doctora Brizendine, los cambios hormonales les hace difícil concentrarse y pensar en otra cosa que no sea el sexo. Si bien las cosas perderán algo de intensidad a medida que entren en la adultez, el área de la conquista sexual siempre ocupará un espacio esencial en su cerebro.


http://www.laestrella.com.pa/mensual/2009/11/20/images/fotos/550x413/188810.jpg
Eso muchas veces lleva a desencuentros en el juego de la seducción, porque, por la misma evolución humana, las mujeres buscan asegurarse de que su pareja sea un buen proveedor y protector antes de aceptar tener relaciones sexuales, mientras que el hombre busca reproducirse lo más posible. "Los estudios han demostrado que los hombres con niveles de testosterona más altos tienen más encuentros sexuales y parejas. La naturaleza hizo que el cerebro funcione con testosterona y busque mujeres fértiles. La civilización y la sociedad existen para ponerle límites y reglas a esas necesidades biológicas básicas".
La experta da fundamentos biológicos que parecen querer apaciguar la angustia que sienten muchas mujeres frente a la actitud de sus parejas. Como cuando ellos miran a otras. "El centro de la lujuria en el cerebro masculino dirige automáticamente a los hombres a notar y tomar en cuenta visualmente los detalles de una mujer atractiva. Cuando la ven, se encienden sus circuitos sexuales, su cerebro produce instantáneamente un rápido pensamiento sexual, pero luego generalmente eso se acaba". Agrega que como es un comportamiento "en autopiloto", los hombres no creen que tenga importancia y no pueden entender por qué las mujeres lo encuentran amenazante.
La doctora Brizendine también dice que las investigaciones señalan que si se comparan hombres y mujeres de la misma edad, ellos quieren tener sexo tres veces más que ellas.

En cuanto al proceso de enamoramiento, indica que si bien el hombre necesita el sexo para enamorarse, eso no implica que no sea capaz de desarrollar sentimientos tan profundos como los de las mujeres. Lo que ocurre es que la dopamina -que producen las células cuando una persona se enamora-, en vez de juntarse con el estrógeno y la oxitocina, como ocurre en las mujeres, se une con la testosterona y la vasopresina. Eso genera en los hombres una especie de adicción. El cerebro masculino memoriza los detalles de la persona que genera esa adicción y la incorpora en su mente como la fuente de todas las sensaciones placenteras que ha provocado el enamoramiento. De alguna manera, el hombre evoluciona del placer sexual a otro tipo de placer; el circuito de la lujuria y del amor se fusionan. 
Share To:
Magpress

MagPress

Vestibulum bibendum felis sit amet dolor auctor molestie. In dignissim eget nibh id dapibus. Fusce et suscipit orci. Aliquam sit amet urna lorem. Duis eu imperdiet nunc, non imperdiet libero.

0 comments so far,add yours