EPN y AMLO, ¿el uno-dos?

Lunes, 25 de Junio de 2012 (08:30)
El verdadero objetivo político que hoy persigue Andrés Manuel López Obrador (AMLO) -quien será candidato presidencial por segunda ocasión-, es muy distinto al que estuvo a punto de lograr en 2006, comentamos hace casi dos años.

No busca el triunfo electoral porque está convencido de que, para ganar la elección del domingo 1 de julio de 2012, será insuficiente el fuerte liderazgo nacional que mantiene en amplios sectores de la ciudadanía de izquierda sin partido, y tampoco le alcanzará, para lograr la victoria, contar con el apoyo y el registro que le ofrecen dos partidos de la izquierda oficial, el Partido del Trabajo y Convergencia; ni en el caso de que lograra ser candidato de una coalición PRD-PT-Convergencia, el político tabasqueño podría alzarse con el triunfo, agregábamos.

Reconocíamos obviamente que el precandidato López Obrador no es un cadáver político -como creen sus adversarios-, pero tampoco tiene la fuerza mediática y la intención de voto que suponen sus seguidores. El líder rebautizado por el propio presidente de la República como "un peligro para México", ha sufrido el desgaste de cuatro duros años de travesía en el desierto y de pugnas y divisiones internas en su partido, el PRD, cuya actual dirigencia también lo siente "peligroso". Sin embargo, Andrés Manuel está de regreso en el escenario nacional, y se equivocaría quien minimizara su acción política.

La lectura que en ese entonces su círculo cercano hacía de la circunstancia política, arroja tres conclusiones que forman su plataforma táctica:

1) El PRI, con Enrique Peña Nieto (EPN), es el más probable ganador de la elección 2012.

2) El PAN no cuenta, ni contará en el futuro, con un candidato presidencial ganador.

3) El PRD tendría en Marcelo Ebrard Casaubon (MEC) a un candidato destinado a perder.

En ese escenario -que la cúpula lopezobradorista considera real-, el verdadero objetivo es posicionar la candidatura de AMLO como la única oposición fuerte a la de EPN. Los estrategas del "peligroso tabasqueño" calculan que la auténtica disputa se dará entre el PRI y la coalición que lance a López Obrador: PT-Convergencia, con la base de sustentación de su movimiento nacional.

¿Resultado? La victoria de EPN y el segundo lugar para AMLO, o, en el peor de los casos, el tercero, muy cerca del segundo que podría corresponder al PAN. ¿Y luego?

Luego, lo que no quiso hacer López Obrador en 2006: negociar con el vencedor para que incorpore en su gobierno algunas políticas públicas del programa de su movimiento. Esto, a partir de dos condiciones: que el PRI no utilice recursos de guerra sucia en la campaña contra AMLO, y que el triunfo de EPN sea tan amplio que haga inobjetable la votación, para que el tabasqueño no "salga con el cuento" de que hubo fraude, que les sacaron el triunfo de la bolsa, "que volvieron a saquearlos"... y argumentos por el estilo que le sirvan para un conflicto postelectoral como el de hace seis años.

El escenario planteado hace casi dos años se ha cumplido cuasi al pie de la letra; sólo falta el desenlace.

Podríamos por tanto decirle a nuestros lectores: ¿Cómo la beisbol con nuestra prospectiva?

En política no hay lugar para los milagros, ni tampoco para las "debiluchas"; mucho menos para aquellas a quienes les hicieron, hasta por partida doble, el "mal de ojo", como es el caso de "La Cuchi-cuchi". Para quienes no sepan qué es el "mal de ojo", ahí les va lo que dice el diccionario: supuesto influjo maléfico que, por arte de hechicería, ejerce una persona sobre otra mirándola de cierta manera. ¡Te lo dije, Josefina, te lo dije...! No te metas con Elba Esther.

Agenda previa

El todavía senador Manlio Fabio Beltrones aseguró que ve un final muy distinto en esta elección al de 2006; hay una competencia normal, pero una mejor legislación. Una vez tomadas las decisiones, el 1 de julio, se van a acabar las discusiones y todos debemos ponernos a acordar, afirmó. ¡Bendito sea Dios, bendito sea Dios!, exclaman algunos.

h Para quienes creyeron que ya lo habían visto todo en relación con el proceso electoral del próximo domingo, tememos y tenemos que informarle que, como en el beisbol, esto no se acaba hasta que cae el último out, como dicen los cronistas del rey de los deportes.

La insistencia por parte de un candidato acerca de que un fraude electoral se avecina, por lo que prohibirle a los votantes que acudan a las urnas con celular en mano para que no tomen ninguna imagen sobre el sentido de su voto y luego pase a la caja, es parte de una campaña que cobrará fuerza esta semana y que pretende empañar, "one more time", la imagen del IFE. Así que no se dejen engañar.

Pero además, de uno de los "cuartos de guerra perdida" ha surgido la especie de que se espera otra semana intensa en contra de las televisoras, tema incluido en el plan de campaña del candidato examoroso. Se espera más de lo mismo: información apócrifa, tendenciosa y con muchas mentiras de por medio, y cosas horribles, horribles que obviamente será replicada de manera escandalosa por algunos otros medios. ¿Serán los que estamos pensando?
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