Twitter incendió ayer Twitter. El blog oficial de la gran red social del «tiempo real», con 250 millones de mensajes diarios, anunció que podrá eliminar determinados comentarios en países concretos, para adaptarse a las leyes locales, y decenas de miles de usuarios se apresuraron a mostrar su indignación. Dos etiquetas expresaron ese rechazo a lo largo del día: #censuraTwitter, una acusación directa a los responsables de la red, y #TwitterBlackOut, un llamamiento a una huelga de tuits para hoy.
El mensaje oficial explicaba que «a medida que continuamos creciendo internacionalmente vamos a entrar en países que tienen diferentes ideas sobre los límites de la libertad de expresión. Algunos son tan diferentes de nuestras ideas que no vamos a poder existir allí. Otros son similares, pero, por razones históricas o culturales, restringen cierto tipo de mensajes, como Francia o Alemania, que prohíben el contenido pronazi. A partir de hoy, podremos retener el contenido de los usuarios en un determinado país, manteniéndolo a disposición en el resto del mundo».
La comunidad de usuarios de internet y muchos expertos y portavoces de organizaciones periodísticas consideraron que la nueva política de Twitter limitará gravemente la libertad de expresión. «Estamos muy preocupados por la decisión de Twitter de cooperar con la censura», dijo un portavoz de Reporteros sin Fronteras.
Twitter intentó frenar la avalancha de críticas con una política de transparencia en su decisión, y en explicar cómo la van a ejecutar. Un portavoz aseguró a Efe que solo «instados por la ley retirarán un contenido de la página web, de forma concreta, y solo en el país afectado, en lugar de en todo el mundo». En su blog añadían que informarán a los usuarios afectados sobre cuándo y porqué ha sido bloqueado su tuit, y colgarán las denuncias (ya lo hacen, de hecho) en la página web http://chillingeffects.org/twitter.

¿Interpretación exagerada?

¿Twitter censura? No todos están de acuerdo con la acusación. «Creo que es una interpretación exagerada o tergiversada. Lo que dice el comunicado es que cuando la legislación de un país les obligue a retirar un comentario, lo harán solo en ese país. Es una situación mejor que la que había», asegura el profesor Enrique Dans. No consigo entender dónde está el problema. Otra cosa es que haya abusos. Twitter va seguir haciendo lo que hacía en regímenes no garantistas, pero solo en su ámbito geográfico».
En un sentido similar se expresaba en su cuenta Antonio Ortiz, cofundador de la empresa Weblogs SL. «La existencia de #CensuraTwitter muestra que no hay #CensuraTwitter, por mucho que tanta gente se empeñe en no leer el comunicado».
Lo cierto es que Twitter podrá retirar cualquier comentario que sea ilegal en el país en que se publique, a petición de las autoridades locales. Y a partir de ahí, diversos analistas recordaban que esta red social jugó, junto a Facebook, un papel clave en movimientos relevantes, como la primavera árabe o las manifestaciones del 15-M. ¿Podría seguir haciéndolo en un nuevo Egipto o Túnez?
«Puede dejar indefensos a internautas en países totalitarios. Mi gobierno, que es hipersensible, se podrá quejar de mí, pero yo no de mi gobierno», explicaba a ABC la disidente cubana Yoani Sánchez. «Twitter se hace viejo. Empieza a decirnos lo que podemos y lo que no podemos hacer», se quejaba también el profesor y escritor Arturo Gómez Quijano.

La petición española

El segundo gran interrogante planteado por los usuarios era una pregunta: ¿por qué? El año pasado, el ministerio de Sanidad español les solicitó que eliminaran comentarios en favor de la anorexia y la bulimia, y sin embargo se negaron, con ese mismo argumento de libertad. ¿Por qué ahora? Hay quien cree que la respuesta está en su necesidad de expansión en mercados como China, donde Twitter está bloqueada (allí triunfa un producto local, Weibo) y Google redirige las consultas en su buscador a Hong Kong.
«Desafortunadamente, es un paso lógico para una plataforma que desea ser aceptada en todo el planeta. Algunas compañías se ven obligadas a hacer serias concesiones para satisfacer los caprichos de magnates de los negocios, policías y líderes religiosos. Twitter acaba de hacer una de estas concesiones», opinaba David Coldewey, escritor de TechCrunch.
Anonymous planteó para hoy una huelga de tuits, que reflejará el grado de descontento de la Red por esta brecha en el curriculum de Twitter.
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