Condujo a 170 kilómetros por hora para llevar de urgencia a su esposa a un hospital, quien estaba a punto de dar a luz a un niño.

México.- David Weber, padre canadiense de 32 años de edad, está indignado con un sistema que le ha dejado sin licencia y con una multa de mil dólares.
Condujo a 170 kilómetros por hora para llevar de urgencia a su esposa a un hospital, quien estaba a punto de dar a luz a un niño.
Está planeando apelar la suspensión de la licencia, pero antes quiere ser escuchado públicamente.
"¿Qué habría pasado si le pasa algo a mi esposa o a mi bebé? ¿Quién habría sido el responsable entonces? ¿No hay compasión?", señala.
Weber trabaja la zona rural de Manitoba, en Canadá, con una niña de tres años de edad en casa, y ahora una bebé recién nacida, resulta “una locura”.
El 21 de marzo, Weber y su esposa Genevieve estaban volviendo a su granja en las afueras de Portage, después de ir de compras. Ella estaba embarazada de 38 semanas, indica el medio local Winnipeg Free Press.
Debido a una complicación en el nacimiento de su primera hija, de 3 años, los médicos le habían advertido que un parto natural podría poner en riesgo la vida del futuro bebé.
Los Weber entraron en pánico cuando a la mujer le comenzó a fluir la sangre, dentro del vehículo, y el dolor por las contracciones aumentó, a 5 días de la cesárea que tenía programada el Brandon Hospital General.
Cuando la pareja vio parpadear las luces de la Policía se sintió aliviada: "Estábamos pensando: Ahora vamos a llegar acompañados", dijo Genevieve.
Pero en vez de eso, les apartaron de la carretera para ponerles una multa de mil dólares por exceso de velocidad.
"Si van al Brandon, no quiero veros corriendo de nuevo hasta allí”, advirtió el policía.
"No tengo tiempo. Estoy tratando de salvar a mi esposa y la vida del bebé.", contestó.
De nuevo en la carretera y sin hacer caso de la advertencia, Weber volvió a pisar el acelerador. Treinta minutos más tarde fue detenido de nuevo por un oficial de la Policía Montada.
El agente David Carberry le recordó una vez más sobre los peligros del exceso de velocidad, emitió una nueva multa y llamó a una ambulancia.
La familia estima que tuvieron que esperar unos 15 minutos más a que la ambulancia llegara.
"No podía creer lo que estaba pasando", asegura Genevieve.
"Sólo quería salvar a mi bebé y nadie me está tomando en serio. No hay sentido común".
No obstante, Anabela nació sana tras una cesárea de emergencia.
Tiempo después, Weber se presentó ante el juez para explicar sus razones y le mostró una carta de su médico en la que se advertía que cuando llegaron al quirófano el útero de su mujer estaba "muy cerca de la ruptura" y la pequeña Anabela corría peligro.
"Tenía que venir al hospital tan pronto como fuera posible, si no, hubiera habido consecuencias nefastas para el bebé y posiblemente la madre", aclaraba el Dr. JB.
"A la luz de estas circunstancias, creo que (Genevieve) y su esposo hicieron lo correcto... Era por lo tanto inevitable que ellos fueran más rápido de lo normal", dijo el juez.
A pesar del apoyo del médico, el juez se negó a quitarle la multa o sustituirla por una reprimenda pero la bajó hasta a 400 dólares, en lugar de 1000.
Posteriormente, Weber fue llamado ante el oficial de juzgado para explicar las causas de su exceso de velocidad.
El veredicto fue la suspensión de su licencia.
Para obtenerla de nuevo tendrá que hacer un curso de conducción segura y pagar mil dólares.
Al enterarse del caso, un ex oficial de policía que dirige la unidad Expert Traffic Ticket dijo que la situación podría haberse manejado mejor:
"En una emergencia en la que no se puede esperar a la ambulancia, se considera que el propio vehículo particular es un vehículo de emergencia y se hace una excepción. Especialmente cuando hay riesgo de vida o muerte".

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