Emmanuel Gutiérrez | MEDIOTIEMPO
Ciudad de México, miércoles 16 de Enero del 2013
  • Inició su carrera en la marcha a los 14 años, aunque el futbol siempre le apasionó
  • En Sydney 2000 se colgó la Plata ante un calor extenuante y contra todos los pronósticos
Joven de cepa humilde, carente de recursos incluso para sobrevivir, los entrenamientos eran un suplicio para el marchista debido a la falta de una alimentación adecuada. Así inició la carrera de Noé Hernández, quien se dedicó al deporte no para amasar fortunas, sino para mejorar como persona.
Noé fue el penúltimo de cuatro hermanos, Juana, Roberto, Refugio y José, hijos de José Hernández y Felipa Valentín.

Hernández, originario del Municipio de Chimalhuacán, Estado de México, nació un 15 de marzo de 1978 y comenzó su carrera deportiva a sus incipientes 14 años al ser invitado por sus profesores de educación física, donde le vieron facultades para la marcha.

En un principio Hernández, albañil de profesión, era una apasionado del balompié y a los 12 años se perfilaba con gran talento al ser titular indiscutible del equipo amateur "Toros", sin embargo su mentor José Jeremías Pío Luna, insistió y lo persuadió de seguir en la caminata.

A pesar de la falta de recursos, el "Chivo", como lo apodaban sus amigos cercanos, fue infatigable en las pistas, podía pasar horas corriendo y fue el miembro más animoso durante los entrenamientos. Incluso, la carencia le llevó a Hernández a pedir equipo deportivo prestado a algunos de sus compañeros para entrenar.

Fue en 1997, durante el Campeonato Internacional de Marcha donde Noé debutó a nivel mundial. Sin embargo, el calor y la falta de preparación para el alto nivel que requería la competencia no le permitió destacar entre los competidores.

Después de diversas competencias, el "Chivo" logró clasificarse al Campeonato Centroamericanos y del Caribe de 1999 en Bridgetown, Barbados, donde gracias a una gran estrategia logró colgarse el Oro e imponer marca en el certamen al cronometrar 1:20:49 horas, por delante del cubano Luis García (1:25:51) y de su compatriota Mario Iván Flores (1:36:26).

Llegaron los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, donde la atención de la Delegación Mexicana estaba centrada en el clavadista Fernando Platas y el taekwondoín Víctor Estrada. El "Chivo" no figuraba en el ránking de los mejores marchistas del mundo, ni siquiera estaba considerado para llegar entre los primeros 20 competidos en cruzar la meta.

Hernández hizo la competencia de su vida un 22 de septiembre del 2000. Gracias a la disciplina y entrenamiento de su mentor Pedro Aroche, el mexicano salió del anonimato mundial y las cámaras lo enfocaron durante gran parte del recorrido; peleó palmo a palmo durante más de una hora al lado de su compatriota Bernardo Segura, del polaco Robert Korzeniowski, el ecuatoriano Jefferson Pérez y el ruso Vladimir Andreyev.

Con un calor extenuante, Segura y Korzeniowski aceleraron el paso en el último kilómetro y sacaron casi 10 segundos de diferencia al "Chivo". Pero el mexicano no flaqueó y a pesar de no tener experiencia Olímpica previa, logró mantenerse al ritmo de Andreyev.

Al cruzar la meta, Segura celebró el triunfo con un abrazo fraternal a Hernández, quien cruzó la meta tercero, con apenas 24 centésimas de segundo sobre Andreyev y logró su mejor marca hasta entonces al parar el reloj en 1:19:03 horas.

Minutos más tarde, mientras Segura daba una entrevista, un juez se acercó al marchista y le indicó que había sido descalificado; el Bronce que había costado hambre y penurias se transformó en Plata, una presea argenta que fue pagada con lágrimas del "Chivo" cuando supo la noticia. Hernández terminó sin amonestaciones la extenuante prueba Olímpica.

Después del éxito de Sidney 2000, Hernández bajó su rendimiento; durante el Campeonato Mundial de Atletismo celebrado en Edmonton, Canadá en el 2001, los jueces vieron flotar en diversas ocasiones al marchista mexicano y fue descalificado de la competencia al ser amonestado en tres ocasiones.

En el 2002, durante la Copa del Mundo de Marcha en Torino, Italia, llegó en la cuarta posición con tiempo de 1:22:50 horas; se ausentó de los Centroamericanos en El Salvador por una lesión.

Un año más tarde, Noé llegó en gran forma al Campeonato Mundial de la especialidad en París, Francia, y con otra excelente estrategia logró posicionarse cuarto además de lograr la mejor marca de su vida con 1:18.14 horas, por detrás del ecuatoriano Jefferson Pérez, el español Francisco Fernández y el ruso Roman Rasskazov.

Hernández debutó a nivel mundial en 1997. (Foto: CONADE)

Hernández llegó con un amplio historial de lesiones a Atenas 2004, al lado de Bernardo y Omar Segura, el trío mexicano era considerado para pelear el podio; pero el calor hizo estragos en Bernardo y no pudo terminar la competencia, mientras que el "Chivo" fue descalificado por "flotar" durante la competencia y sólo Omar terminó la prueba en lugar 18, con un tiempo de 1:24:35 horas.

Una lesión en la rodilla y diversas intervenciones quirúrgicas, obligaron al marchista a abandonar la disciplina. Noé ocupó diversos cargos burocráticos en los últimos años y actualmente se desempeñaba como Director de Deporte del PRI en el Estado de México.

El esfuerzo, dedicación y disciplina que imprimió en Sidney 2000, le permitieron a Hernández Valentín salir del anonimato a ser uno de los 62 héroes Olímpicos en la historia del deporte nacional.
[MEDIOTIEMPO]
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