Es loable la aprobación en el Senado de la primera reforma política desde la constitucional de 1997 que resultó la base para la transparencia, confiabilidad y equidad de las elecciones federales y locales realizadas desde entonces en el país.
Aquélla consiguió que los resultados electorales arrojaran una composición plural del Congreso y abrió una nueva etapa en la relación entre los Poderes de la Unión. Ésta, impulsada con vehemencia por Manlio Fabio Beltrones, incluye los siguientes puntos:
—Iniciativa ciudadana.
—Consulta popular.
—Candidaturas independientes (este punto se discute en lo particular, los panistas quieren que se incorpore un apartado para que aplique en 2012).
—Reelección legislativa (diputados locales y federales y senadores).
—Iniciativa preferente del Ejecutivo (dos por periodo legislativo).
—Ratificación de los comisionados de los órganos reguladores en materia de telecomunicaciones, competencia y energía.
—Sustitución del Presidente en caso de falta absoluta (asumiría de manera temporal el titular de Gobernación, Hacienda o de Relaciones Exteriores).
Es digna de elogios la exaltación del jefe de la bancada priista de la política como arte de lo posible: dedicó meses a cabildeos con los otros coordinadores de partidos en el Senado y horas de concientización en los medios.
Pero no es ésta la única reforma que necesitamos. Comparto, sin cortapisas, la opinión de Pablo Hiriart de que, por encima de todo, México necesita un acuerdo amplio para alcanzar una política de Estado en materia de seguridad pública.
“Que se tapen la nariz los adversarios políticos”, escribe Pablo, “pero que se junten y saquen un acuerdo pormenorizado para combatir la criminalidad y reencauzar al país por el camino de la paz. Ese trabajo de unir y armonizar posturas lo debe hacer el gobierno: para eso gobierna”.
http://www.elarsenal.net/wp-content/uploads/2011/04/manlio_fabio_beltrones.jpgEl tema de la inseguridad no debe verse únicamente a través de la cifra de más de 35 mil asesinados y 647 cuerpos que han sido encontrados en 156 fosas clandestinas en 22 estados y el DF desde diciembre de 2006.
Porque la crisis de inseguridad ha hecho aflorar los instintos más sicopáticos y descompuestos de nuestra sociedad, con crímenes que desgraciadamente se van convirtiendo en un símbolo atroz de nuestra realidad.
Otro pacto esencial atañe a la desigualdad. El foso económico en nuestros hogares urbanos es abismal: los ingresos promedio van de 3 mil 129 pesos mensuales hasta 98 mil 500, según el Instituto de Investigaciones Sociales y la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación.
El Informe sobre el desarrollo mundial 2011, “Conflicto, seguridad y desarrollo”, asegura que el acceso al empleo, la seguridad y la justicia, y no un mayor crecimiento del PIB, son claves para romper los ciclos de violencia política y criminal.
O sea, bien, por Manlio ¡Pero falta más!
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