EL PASO (TEXAS), (EFE).- El mexicano Humberto Leal fue ejecutado ayer con una inyección letal en Texas después de que el Tribunal Supremo de EEUU se negara a detener su muerte y al silencio del gobernador Rick Perry, quien pudo haber concedido una suspensión de 30 días, informaron a Efe los abogados del reo.
Leal fue declarado muerto a las 06:21 hora local en la prisión de Huntsville, la más antigua de Texas y donde el Estado lleva a cabo las ejecuciones.
Su fallecimiento tuvo lugar diez minutos después de que comenzara a fluir la inyección letal.
“Lamento todo lo que he hecho, todo el daño que he ocasionado a mucha gente”, fueron algunas de las últimas palabras de Leal.
“Por años no pensé que merecía ningún tipo de perdón. Me responsabilizo totalmente por esto”, añadió el mexicano de 38 años originario de Monterrey, condenado a la pena capital en 1994 por la violación y asesinato de la joven Adria Sauceda, de 16 años.
Poco antes de morir se dirigió a los familiares de la víctima a los que dijo lamentar todo el daño que les había ocasionado.
“Por favor perdónenme. Siento lo que hice, pido su perdón”, indicó, para dirigirse a continuación al fiscal a quien también pidió perdón.
“Yo le dije un día que la vida continúa y ciertamente continúa”, afirmó Leal, quien gritó dos veces “Viva México” antes de mirar a los guardias en la sala para decirles: “Estoy listo guardias. Hagamos que el espectáculo continúe”.
Sandra Babcock, quien encabezaba la defensa de Leal, dijo a Efe que “EEUU no cumplió con su compromiso de hacer valer la ley y trágicamente el señor Leal sufrió las consecuencias”.
La abogada indicó que el reo mexicano “fue ejecutado a pesar de que sus derechos a la asistencia consular fueron violados”.
Añadió que de haber contado con esa asistencia durante el juicio en 1995, Leal “habría tenido una oportunidad de real de probar que no era culpable de asesinato”.
Leal recibió las últimas visitas de sus amigos y familiares, entre ellos su hermana Mary, quienes estuvieron con él un par de horas en una sala especial para estos casos, dotada de cristales blindados.
El reo eligió como última cena tacos de carne asada, pollo frito, pico de gallo y coca colas.
México aducía que Leal no dispuso tras ser arrestado de ayuda consular, lo que viola la Convención de Viena.
En agosto de 2008, la ejecución del mexicano José Ernesto Medellín, fue pospuesta más de tres horas hasta que el Tribunal Supremo en un voto muy ajustado se decidió por la muerte.
La Corte Suprema indicó en aquella ocasión que, para detener las ejecuciones de mexicanos, los legisladores debían aprobar una norma con los mecanismos necesarios para obligar a los estados a cumplir con el “Fallo Avena” de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La CIJ ordenó en 2005 a Estados Unidos la revisión de los casos de 50 mexicanos condenados a muerte.
Leal fue declarado muerto a las 06:21 hora local en la prisión de Huntsville, la más antigua de Texas y donde el Estado lleva a cabo las ejecuciones.
Su fallecimiento tuvo lugar diez minutos después de que comenzara a fluir la inyección letal.

“Por años no pensé que merecía ningún tipo de perdón. Me responsabilizo totalmente por esto”, añadió el mexicano de 38 años originario de Monterrey, condenado a la pena capital en 1994 por la violación y asesinato de la joven Adria Sauceda, de 16 años.
Poco antes de morir se dirigió a los familiares de la víctima a los que dijo lamentar todo el daño que les había ocasionado.
“Por favor perdónenme. Siento lo que hice, pido su perdón”, indicó, para dirigirse a continuación al fiscal a quien también pidió perdón.
“Yo le dije un día que la vida continúa y ciertamente continúa”, afirmó Leal, quien gritó dos veces “Viva México” antes de mirar a los guardias en la sala para decirles: “Estoy listo guardias. Hagamos que el espectáculo continúe”.
Sandra Babcock, quien encabezaba la defensa de Leal, dijo a Efe que “EEUU no cumplió con su compromiso de hacer valer la ley y trágicamente el señor Leal sufrió las consecuencias”.
La abogada indicó que el reo mexicano “fue ejecutado a pesar de que sus derechos a la asistencia consular fueron violados”.
Añadió que de haber contado con esa asistencia durante el juicio en 1995, Leal “habría tenido una oportunidad de real de probar que no era culpable de asesinato”.
Leal recibió las últimas visitas de sus amigos y familiares, entre ellos su hermana Mary, quienes estuvieron con él un par de horas en una sala especial para estos casos, dotada de cristales blindados.
El reo eligió como última cena tacos de carne asada, pollo frito, pico de gallo y coca colas.
México aducía que Leal no dispuso tras ser arrestado de ayuda consular, lo que viola la Convención de Viena.
En agosto de 2008, la ejecución del mexicano José Ernesto Medellín, fue pospuesta más de tres horas hasta que el Tribunal Supremo en un voto muy ajustado se decidió por la muerte.
La Corte Suprema indicó en aquella ocasión que, para detener las ejecuciones de mexicanos, los legisladores debían aprobar una norma con los mecanismos necesarios para obligar a los estados a cumplir con el “Fallo Avena” de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La CIJ ordenó en 2005 a Estados Unidos la revisión de los casos de 50 mexicanos condenados a muerte.
0 comments so far,add yours