Después de un mes de sangrientos enfrentamientos, la ONU se ha decidido finalmente a intervenir en Libia para tratar de poner freno a la masacre. El Consejo de Seguridad autorizó anoche el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre el país y la adopción de «todas las medidas necesarias» para proteger a las áreas pobladas por civiles atacadas por Muamar Gadafi, «incluida Bengasi». Abre así la puerta a posibles ataques aéreos, aunque no al envío de «fuerzas de ocupación» a territorio libio, que queda explícitamente prohibido.
http://www.elcorreo.com/vizcaya/prensa/noticias/201103/18/fotos/8179638.jpgLa resolución 1973 fue aprobada con el apoyo de diez de los quince miembros del Consejo de Seguridad y sin votos en contra. Las cinco abstenciones corresponden a Brasil, India, Alemania, China y Rusia, países estos dos últimos reticentes a cualquier acción de castigo al sátrapa y que, por ser miembros permanentes, podrían haber vetado la propuesta. Alemania tampoco ocultó su escaso entusiasmo hacia el uso de la «fuerza militar», y por boca de su embajador ante la ONU, Peter Wittig, advirtió del «peligro de estar involucrados en un conflicto militar que podría afectar a una región más amplia». «Vemos grandes riesgos y no se debería desestimar el peligro de perder muchas vidas», añadió.
EE UU, que había reaccionado con cautela cuando la Liga Árabe, Reino Unido y Francia defendieron la idea de la zona de exclusión aérea, anoche en cambio apoyó la iniciativa. «De hecho, propuso un endurecimiento de la resolución presentada conjuntamente por Reino Unido, Francia y Líbano», resaltó el ministro británico de Exteriores, William Hague.
El representante de Londres explicó antes de la votación que ningún extremo del texto discutido impedía su aprobación por parte de Washington. «La resolución incluye la demanda de un alto el fuego inmediato, el fin total de la violencia y la prohibición de todos los vuelos en el espacio aéreo del país, con la excepción de los humanitarios», indicó Hague.
Júbilo en Bengasi
Más de tres mil personas concentradas en la plaza de los juzgados de Bengasi, el bastión rebelde, siguieron por Al Yasira la retransmisión de la votación y estallaron en gritos de júbilo con la aprobación del documento, que incluye medidas para negar a los aviones libios el permiso para despegar, aterrizar o sobrevolar el territorio de los Estados miembros de la ONU. La resolución contempla además disposiciones para aplicar el embargo de armas impuesto a Gadafi y endurecer la congelación de activos del dictador y su familia.
Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad y muy activo durante toda esta crisis, ya contaba con la aprobación del organismo y antes incluso de la votación apostaba por una intervención inmediata en Libia en la que tomarían parte la propia Francia, Reino Unido y quizá EE UU y algún país árabe. «No podemos abandonar a la población civil y las víctimas de la represión brutal, no podemos permitir que se derribe la legalidad y la moralidad internacional», declaró el ministro de Exteriores galo, Alain Juppé, en Nueva York, adonde viajó expresamente para asistir a la votación.
Italia se ha mostrado dispuesta a ceder sus bases militares para lanzar las eventuales operaciones de castigo contra Gadafi.
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