La renuncia del Embajador de los Estados Unidos en México, Carlos Pascual, anunciada el 19 de marzo de 2011, nos deja más preguntas que respuestas. Algunos analistas mexicanos han especulado que el Presidente Calderón ganó esta batalla.
En sendas entrevistas de prensa el 22 de febrero con El Universal y el 3 de marzo con The Washington Post, el mandatario mexicano dejó claro que Pascual ya no era interlocutor para el gobierno de México. Nos equivocamos quienes pensábamos que el Presidente Barack Obama y la Secretaria Hillary Clinton lo sostendrían en su cargo, para no otorgarle el punto a Calderón. Aparentemente Pascual se sacrificó para que llegara un nuevo embajador a destrabar la interlocución.
En el fondo, yo pienso que todos perdimos. El Departamento de Estado removió prematuramente a un Embajador discreto y estudioso del acontecer mexicano, un estratega que diseñaba programas de largo plazo para la relación bilateral. Sus cables no contenían información falsa o distorsionada; eran comunicaciones reservadas, como las enviadas por todas las embajadas que hacen su chamba de manera profesional.
México perdió un interlocutor de gran estatura intelectual, un hombre escuchado por Obama y por Clinton. Su relevo será objeto de un largo y accidentado proceso de nominación y confirmación en el Senado de los Estados Unidos, y podría traslaparse con el ‘destape’ y las campañas de los candidatos a la Presidencia de la República en México. Los senadores republicanos e incluso algunos demócratas van a decir cosas sobre México que nos van a disgustar más que los propios cables del Embajador Pascual. Ojalá no nos salga más caro el caldo que las albóndigas.
El fondo del asunto es que tanto México como Estados Unidos hemos fallado en darle contenido al término ‘responsabilidad compartida’ en la lucha contra el crimen organizado, en la cooperación en seguridad, en la gestión fronteriza, en la cuestión migratoria y en la integración económica. Los embajadores van y vienen. Lo preocupante es que la desconfianza mutua le va ganando la batalla a la construcción de soluciones conjuntas a los graves problemas comunes que enfrentamos.
carlosherediaz@yahoo.com
En sendas entrevistas de prensa el 22 de febrero con El Universal y el 3 de marzo con The Washington Post, el mandatario mexicano dejó claro que Pascual ya no era interlocutor para el gobierno de México. Nos equivocamos quienes pensábamos que el Presidente Barack Obama y la Secretaria Hillary Clinton lo sostendrían en su cargo, para no otorgarle el punto a Calderón. Aparentemente Pascual se sacrificó para que llegara un nuevo embajador a destrabar la interlocución.
En el fondo, yo pienso que todos perdimos. El Departamento de Estado removió prematuramente a un Embajador discreto y estudioso del acontecer mexicano, un estratega que diseñaba programas de largo plazo para la relación bilateral. Sus cables no contenían información falsa o distorsionada; eran comunicaciones reservadas, como las enviadas por todas las embajadas que hacen su chamba de manera profesional.
México perdió un interlocutor de gran estatura intelectual, un hombre escuchado por Obama y por Clinton. Su relevo será objeto de un largo y accidentado proceso de nominación y confirmación en el Senado de los Estados Unidos, y podría traslaparse con el ‘destape’ y las campañas de los candidatos a la Presidencia de la República en México. Los senadores republicanos e incluso algunos demócratas van a decir cosas sobre México que nos van a disgustar más que los propios cables del Embajador Pascual. Ojalá no nos salga más caro el caldo que las albóndigas.
El fondo del asunto es que tanto México como Estados Unidos hemos fallado en darle contenido al término ‘responsabilidad compartida’ en la lucha contra el crimen organizado, en la cooperación en seguridad, en la gestión fronteriza, en la cuestión migratoria y en la integración económica. Los embajadores van y vienen. Lo preocupante es que la desconfianza mutua le va ganando la batalla a la construcción de soluciones conjuntas a los graves problemas comunes que enfrentamos.
carlosherediaz@yahoo.com
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