El Santo y Guillermo Calderón Steel.
Estimados amigos, es muy desgastante defenderse constantemente de la gente que pretende abusar e intenta explotar a un personaje que, como es bien sabido, tiene dueño y no es del dominio público. Santo, El Enmascarado de Plata, en todas sus derivaciones como personaje, así como máscara, vestimenta y características generales, son de mi propiedad, les guste o no les guste a muchos, y esto es así porque lo decidió mi padre en vida al confi ar en mí, dejándolo en mis manos y asesorándome para que registrara todas sus variantes.
Una vez más, vía esta columna, tengo la oportunidad de explicar a ustedes la verdadera historia de un tema que hoy está llamando la atención del público sobre una supuesta película prohibida de El Santo, titulada ‘El Vampiro y el Sexo’.
Fue el 28 de mayo de 1968 y el 3 de marzo de 1970 cuando se firmaron los dos contratos de siete películas coproducidas por Guillermo Calderón Steel y Santo, El Enmascarado de Plata, cuyos títulos son: ‘Santo en el Tesoro de Drácula’ (1968), ‘Santo contra los Jinetes del Terror’ (1970), ‘Santo en la Venganza de la Momia’ (1970), ‘Santo contra la Hija de Frankenstein’ (1971), ‘Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo’ (1971), ‘Santo y Blue Demon contra el Doctor Frankenstein’ (1973), ‘Santo y Mantequilla Nápoles en la Venganza de la Llorona’ (1974).
Dichas cintas se filmaron bajo un contrato legal en donde se estipula que 50 por ciento de lo recaudado en taquilla y en cualquier otro medio visual, sería del Santo, y la otra parte de Guillermo Calderón Steel, contrato que hasta el día de hoy continúa vigente; el 50 por ciento de mi padre se divide entre sus 10 hijos.
Segunda caída:
‘El Tesoro de Drácula’.
En 1968, se fi lmó la película ‘Santo en el Tesoro de Drácula’, con argumento de Alfredo Salazar, dirigida por René Cardona, exhibida en 1969 durante cuatro semanas con enorme éxito en 12 cines, hoy desaparecidos, del Distrito Federal, entre ellos el Orfeón, Ópera, Mitla y Jalisco. Fue la primera película en la que mi padre se aventuró como productor.
Durante el rodaje de esta cinta, Guillermo Calderón le propuso a El Santo hacer de ésta –su primera película como socios– una versión para adultos en donde podrían mostrar desnudas a las actrices que participaron en la cinta, entre ellas Noelia Noel, con la intención de exhibirla en Europa, a lo cual mi padre, en ese instante, se opuso rotundamente, argumentando que en sus películas no había sexo, ni violencia extrema, porque su cine era para toda la familia, no para adultos.
Desde 1958, cuando El Santo filmó su primera película en La Habana, Cuba, al lado de Joaquín Cordero, titulada ‘El Cerebro del Mal’, mi padre fue muy cuidadoso en mostrar una imagen limpia; jamás aceptó hacer escenas de sexo, ni usar ningún tipo de arma, a menos que el guión lo requiriera y, si acaso, únicamente disparaba al aire, sin ‘matar’ a nadie, nunca se le vio fumando y en ocasiones había escenas en donde aceptaba una copa, pero pocas veces la probaba.
Mi padre le dijo a su entonces socio, que él tenía todo el derecho de fi lmar con sus cámaras lo que quisiera, e incluso hacer otra película, pero que el nombre de El Santo y su actuación e imagen no podían ser utilizadas bajo ningún concepto. Fue entonces que, respetando los argumentos de mi padre, Calderón filmó algunas escenas con Aldo Monti (Drácula) y con las actrices Gina Moret, Jessica Rivano, Sonia Aguilar, entre otras, que interpretaban a las vampiras, en transparentes gasas, mostrando la parte superior de su cuerpo desnuda y las tituló ‘El Vampiro y el Sexo’, pero jamás se fi lmó otra versión en donde interviniera mi padre.
Fue un intento fallido de Calderón al no convencer a El Santo. Entonces desistió en su intento y jamás las exhibió, no teniendo más remedio que guardar el material en su bóveda; sin embargo, la noticia corrió como pólvora por todos los medios, volviéndose este fi lme en un mito o una leyenda urbana. Dicha película jamás fue exhibida, ni siquiera en Europa, lo único que existe son algunas escenas en donde Aldo Monti besa los senos de Noelia Noel y otras en donde las vampiras están semidesnudas, así como algunos carteles que, seguramente, Calderón preparó para la publicidad por si convencía a mi padre.
Tercera caída:
Las leyes me asisten
Hoy, debido al capricho de una mujer de nombre Viviana García Besné, quien tengo entendido es sobrina nieta de Guillermo Calderón, y quien cree que descubrió el hilo negro al encontrar los cinco rollos de estas escenas ‘prohibidas’ –que siempre existieron, que el productor guardó celosamente por respeto a mi padre, ya que las filmó sin que él estuviera de acuerdo–, pretende exhibir en el próximo Festival de Cine de Guadalajara esta supuesta versión para adultos.
Esto es algo que no voy a permitir, pues si mi padre no lo autorizó en ese momento, nadie tiene derecho a no respetar su decisión y mucho menos ahora que no vive. Si esta mujer, a quien no tengo el gusto de conocer (ya que jamás se ha tomado la molestia de buscarme para pedir mi opinión y, aún más, mi autorización), pretende explotar la imagen de mi padre, está muy equivocada; cuento con el apoyo de mis hermanos que, al igual que yo, no están de acuerdo, además cuento con el respaldo de las leyes al tener debidamente registrada la marca y el personaje.
Si gusta, puede exhibir las escenas que le robó a su tío abuelo de su bóveda, pero si las edita con escenas de El Santo, estará cometiendo varios graves delitos que no quedarán impunes. Ella no puede
mutilar una obra. Puede faltarle el respeto a su tío abuelo y a su abuelo Jorge García Besné, pero jamás permitiré que se lo falte a mi padre, a su imagen, a su memoria y tampoco a mi personaje que es el mismo y está vigente.
Algunos supuestos críticos de cine, inundados de morbo, apoyan este proyecto dándole alas a Viviana García, quien lo único que pretende es explotar el nombre de Santo, El Enmascarado de Plata, como lo han intentado muchos otros que están muy enojados porque no se los permito.
Me extraña que el propio director del FICG26, Iván Trujillo Bolio, esté apoyando esto por el morbo de presentar lo que no son más que unas escenas del principio del cine de ficheras. ¿Cómo es posible que un Festival de esta importancia en México, respaldado por un organismo tan serio e importante como Conaculta, no piense y se haga cómplice? Así que le sugiero que le haga un nuevo documental a su familia como lo hizo con ‘Perdida’ y deje en paz a mi padre.
@ElHijodelSanto
Estimados amigos, es muy desgastante defenderse constantemente de la gente que pretende abusar e intenta explotar a un personaje que, como es bien sabido, tiene dueño y no es del dominio público. Santo, El Enmascarado de Plata, en todas sus derivaciones como personaje, así como máscara, vestimenta y características generales, son de mi propiedad, les guste o no les guste a muchos, y esto es así porque lo decidió mi padre en vida al confi ar en mí, dejándolo en mis manos y asesorándome para que registrara todas sus variantes.
Una vez más, vía esta columna, tengo la oportunidad de explicar a ustedes la verdadera historia de un tema que hoy está llamando la atención del público sobre una supuesta película prohibida de El Santo, titulada ‘El Vampiro y el Sexo’.
Fue el 28 de mayo de 1968 y el 3 de marzo de 1970 cuando se firmaron los dos contratos de siete películas coproducidas por Guillermo Calderón Steel y Santo, El Enmascarado de Plata, cuyos títulos son: ‘Santo en el Tesoro de Drácula’ (1968), ‘Santo contra los Jinetes del Terror’ (1970), ‘Santo en la Venganza de la Momia’ (1970), ‘Santo contra la Hija de Frankenstein’ (1971), ‘Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo’ (1971), ‘Santo y Blue Demon contra el Doctor Frankenstein’ (1973), ‘Santo y Mantequilla Nápoles en la Venganza de la Llorona’ (1974).
Dichas cintas se filmaron bajo un contrato legal en donde se estipula que 50 por ciento de lo recaudado en taquilla y en cualquier otro medio visual, sería del Santo, y la otra parte de Guillermo Calderón Steel, contrato que hasta el día de hoy continúa vigente; el 50 por ciento de mi padre se divide entre sus 10 hijos.
Segunda caída:
‘El Tesoro de Drácula’.
En 1968, se fi lmó la película ‘Santo en el Tesoro de Drácula’, con argumento de Alfredo Salazar, dirigida por René Cardona, exhibida en 1969 durante cuatro semanas con enorme éxito en 12 cines, hoy desaparecidos, del Distrito Federal, entre ellos el Orfeón, Ópera, Mitla y Jalisco. Fue la primera película en la que mi padre se aventuró como productor.
Durante el rodaje de esta cinta, Guillermo Calderón le propuso a El Santo hacer de ésta –su primera película como socios– una versión para adultos en donde podrían mostrar desnudas a las actrices que participaron en la cinta, entre ellas Noelia Noel, con la intención de exhibirla en Europa, a lo cual mi padre, en ese instante, se opuso rotundamente, argumentando que en sus películas no había sexo, ni violencia extrema, porque su cine era para toda la familia, no para adultos.
Desde 1958, cuando El Santo filmó su primera película en La Habana, Cuba, al lado de Joaquín Cordero, titulada ‘El Cerebro del Mal’, mi padre fue muy cuidadoso en mostrar una imagen limpia; jamás aceptó hacer escenas de sexo, ni usar ningún tipo de arma, a menos que el guión lo requiriera y, si acaso, únicamente disparaba al aire, sin ‘matar’ a nadie, nunca se le vio fumando y en ocasiones había escenas en donde aceptaba una copa, pero pocas veces la probaba.
Mi padre le dijo a su entonces socio, que él tenía todo el derecho de fi lmar con sus cámaras lo que quisiera, e incluso hacer otra película, pero que el nombre de El Santo y su actuación e imagen no podían ser utilizadas bajo ningún concepto. Fue entonces que, respetando los argumentos de mi padre, Calderón filmó algunas escenas con Aldo Monti (Drácula) y con las actrices Gina Moret, Jessica Rivano, Sonia Aguilar, entre otras, que interpretaban a las vampiras, en transparentes gasas, mostrando la parte superior de su cuerpo desnuda y las tituló ‘El Vampiro y el Sexo’, pero jamás se fi lmó otra versión en donde interviniera mi padre.
Fue un intento fallido de Calderón al no convencer a El Santo. Entonces desistió en su intento y jamás las exhibió, no teniendo más remedio que guardar el material en su bóveda; sin embargo, la noticia corrió como pólvora por todos los medios, volviéndose este fi lme en un mito o una leyenda urbana. Dicha película jamás fue exhibida, ni siquiera en Europa, lo único que existe son algunas escenas en donde Aldo Monti besa los senos de Noelia Noel y otras en donde las vampiras están semidesnudas, así como algunos carteles que, seguramente, Calderón preparó para la publicidad por si convencía a mi padre.
Tercera caída:
Las leyes me asisten
Hoy, debido al capricho de una mujer de nombre Viviana García Besné, quien tengo entendido es sobrina nieta de Guillermo Calderón, y quien cree que descubrió el hilo negro al encontrar los cinco rollos de estas escenas ‘prohibidas’ –que siempre existieron, que el productor guardó celosamente por respeto a mi padre, ya que las filmó sin que él estuviera de acuerdo–, pretende exhibir en el próximo Festival de Cine de Guadalajara esta supuesta versión para adultos.
Esto es algo que no voy a permitir, pues si mi padre no lo autorizó en ese momento, nadie tiene derecho a no respetar su decisión y mucho menos ahora que no vive. Si esta mujer, a quien no tengo el gusto de conocer (ya que jamás se ha tomado la molestia de buscarme para pedir mi opinión y, aún más, mi autorización), pretende explotar la imagen de mi padre, está muy equivocada; cuento con el apoyo de mis hermanos que, al igual que yo, no están de acuerdo, además cuento con el respaldo de las leyes al tener debidamente registrada la marca y el personaje.
Si gusta, puede exhibir las escenas que le robó a su tío abuelo de su bóveda, pero si las edita con escenas de El Santo, estará cometiendo varios graves delitos que no quedarán impunes. Ella no puede
mutilar una obra. Puede faltarle el respeto a su tío abuelo y a su abuelo Jorge García Besné, pero jamás permitiré que se lo falte a mi padre, a su imagen, a su memoria y tampoco a mi personaje que es el mismo y está vigente.
Algunos supuestos críticos de cine, inundados de morbo, apoyan este proyecto dándole alas a Viviana García, quien lo único que pretende es explotar el nombre de Santo, El Enmascarado de Plata, como lo han intentado muchos otros que están muy enojados porque no se los permito.
Me extraña que el propio director del FICG26, Iván Trujillo Bolio, esté apoyando esto por el morbo de presentar lo que no son más que unas escenas del principio del cine de ficheras. ¿Cómo es posible que un Festival de esta importancia en México, respaldado por un organismo tan serio e importante como Conaculta, no piense y se haga cómplice? Así que le sugiero que le haga un nuevo documental a su familia como lo hizo con ‘Perdida’ y deje en paz a mi padre.
@ElHijodelSanto
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