The Associated Press
MEXICO -- Medios de comunicación mexicanos firmaron un inédito acuerdo para la cobertura informativa de la violencia del narcotráfico, que en los últimos años ha ido en aumento en algunas zonas del país y ha alcanzado a la propia prensa.
El acuerdo fue avalado por más de 60 grupos de medios, incluidas las dos mayores televisoras y algunos de los principales diarios y radios del país, y establece criterios editoriales para la cobertura de la violencia del crimen organizado en un intento de no propagar "el terror" entre la gente e impedir que la prensa se convierta en instrumento involuntario de la propaganda de las organizaciones.
Los firmantes aceptan también no difundir información que ponga en riesgo las operaciones de las autoridades, evitar el lenguaje y la terminología del crimen organizado, además de "omitir y desechar información que provenga de los grupos criminales con propósitos propagandísticos".
En los últimos años, los carteles de las drogas han utilizado como estrategia dejar mensajes escritos en cartulinas o incluso en los cuerpos de sus víctimas.
Este es el primero acuerdo de su tipo en México y reunió a medios como las televisoras Televisa y TV Azteca, los grupos radiales Imagen, Radio Centro y Radio Fórmula, además de diarios como El Universal, Excélsior y Milenio.
En Colombia, en la década de 1980, se dio un acuerdo entre los principales medios de comunicación para investigar y publicar informes conjuntos sobre el narcotráfico.
Algunos otros medios grandes de México, como los diarios Reforma y La Jornada, no firmaron el acuerdo anunciado en un evento en el Museo de Antropología de la capital que fue transmitido en una cadena nacional a la que se sumaron unos 450 radios y televisoras en todo el país.
El cumplimiento del acuerdo será seguido por un órgano ciudadano de observación que se integrará en los siguientes 30 días.
"Yo no lo veo como una autocensura de ninguna manera", aseguró Joaquín López Dóriga, titular del noticiero estelar nocturno de Televisa, y quien dijo que gran parte del acuerdo lo ha aplicado desde hace tiempo en su espacio.
"Nunca he presentado una manta... nunca he leído un narcomensaje, siempre he procurado evitar la terminología de los delincuentes, desde los apodos", señaló.
Consideró, por el contrario, que un acuerdo de ese tipo es un esquema de autoprotección para los periodistas ante el crimen organizado que "nos quiere utilizar a algunos como sus voceros, como sus recaderos y yo insisto que no podemos caer en esa perversidad".
El director de Milenio Televisión, Ciro Gómez Leyva, dijo que en su medio también se ha aplicado casi la totalidad de lo que contiene el acuerdo, sobre todo a partir de julio de 2010 cuando uno de sus camarógrafos fue secuestrado junto con otros dos periodistas de Televisa por presuntos narcotraficantes en el norte del país.
"Desde julio nosotros tomamos la decisión de evitar imágenes muy duras (como) decapitados", señaló. Sin embargo, aclaró que eso "no quiere decir que mañana una imagen de ese tipo, si es altamente noticiosa, no pueda salir".
Según el acuerdo, cada medio establecerá protocolos y medidas de seguridad para sus periodistas que cubran hechos relacionados al crimen organizado.
Se sugiere como medidas de protección "no firmar las notas sobre estos temas, hacer notas y coberturas conjuntas con otros medios y no hacer reportes en vivo desde las zonas más violentas".
Desde hace varios meses algunos medios escritos en México decidieron dejar de firmar algunas notas relacionadas con el narcotráfico, como medida de protección.
La violencia del crimen organizado y el narcotráfico ha dejado más de 35.000 asesinados desde diciembre del 2006, cuando el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.
La ONU y la OEA han advertido que México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas y que se ve una "alarmante" violencia contra los periodistas, que tiende a intensificarse.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha registrado el asesinato de 65 periodistas desde el año 2000. Además, en los últimos cinco años ha dado cuenta de 17 atentados contra medios de comunicación y la desaparición de al menos 12 reporteros.
El acuerdo fue avalado por más de 60 grupos de medios, incluidas las dos mayores televisoras y algunos de los principales diarios y radios del país, y establece criterios editoriales para la cobertura de la violencia del crimen organizado en un intento de no propagar "el terror" entre la gente e impedir que la prensa se convierta en instrumento involuntario de la propaganda de las organizaciones.
Los firmantes aceptan también no difundir información que ponga en riesgo las operaciones de las autoridades, evitar el lenguaje y la terminología del crimen organizado, además de "omitir y desechar información que provenga de los grupos criminales con propósitos propagandísticos".
En los últimos años, los carteles de las drogas han utilizado como estrategia dejar mensajes escritos en cartulinas o incluso en los cuerpos de sus víctimas.
Este es el primero acuerdo de su tipo en México y reunió a medios como las televisoras Televisa y TV Azteca, los grupos radiales Imagen, Radio Centro y Radio Fórmula, además de diarios como El Universal, Excélsior y Milenio.
En Colombia, en la década de 1980, se dio un acuerdo entre los principales medios de comunicación para investigar y publicar informes conjuntos sobre el narcotráfico.
Algunos otros medios grandes de México, como los diarios Reforma y La Jornada, no firmaron el acuerdo anunciado en un evento en el Museo de Antropología de la capital que fue transmitido en una cadena nacional a la que se sumaron unos 450 radios y televisoras en todo el país.
El cumplimiento del acuerdo será seguido por un órgano ciudadano de observación que se integrará en los siguientes 30 días.
"Yo no lo veo como una autocensura de ninguna manera", aseguró Joaquín López Dóriga, titular del noticiero estelar nocturno de Televisa, y quien dijo que gran parte del acuerdo lo ha aplicado desde hace tiempo en su espacio.
"Nunca he presentado una manta... nunca he leído un narcomensaje, siempre he procurado evitar la terminología de los delincuentes, desde los apodos", señaló.
Consideró, por el contrario, que un acuerdo de ese tipo es un esquema de autoprotección para los periodistas ante el crimen organizado que "nos quiere utilizar a algunos como sus voceros, como sus recaderos y yo insisto que no podemos caer en esa perversidad".
El director de Milenio Televisión, Ciro Gómez Leyva, dijo que en su medio también se ha aplicado casi la totalidad de lo que contiene el acuerdo, sobre todo a partir de julio de 2010 cuando uno de sus camarógrafos fue secuestrado junto con otros dos periodistas de Televisa por presuntos narcotraficantes en el norte del país.
"Desde julio nosotros tomamos la decisión de evitar imágenes muy duras (como) decapitados", señaló. Sin embargo, aclaró que eso "no quiere decir que mañana una imagen de ese tipo, si es altamente noticiosa, no pueda salir".
Según el acuerdo, cada medio establecerá protocolos y medidas de seguridad para sus periodistas que cubran hechos relacionados al crimen organizado.
Se sugiere como medidas de protección "no firmar las notas sobre estos temas, hacer notas y coberturas conjuntas con otros medios y no hacer reportes en vivo desde las zonas más violentas".
Desde hace varios meses algunos medios escritos en México decidieron dejar de firmar algunas notas relacionadas con el narcotráfico, como medida de protección.
La violencia del crimen organizado y el narcotráfico ha dejado más de 35.000 asesinados desde diciembre del 2006, cuando el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.
La ONU y la OEA han advertido que México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas y que se ve una "alarmante" violencia contra los periodistas, que tiende a intensificarse.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha registrado el asesinato de 65 periodistas desde el año 2000. Además, en los últimos cinco años ha dado cuenta de 17 atentados contra medios de comunicación y la desaparición de al menos 12 reporteros.
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