La reseña aunque resulte disímil es chusca, ya que al tiempo en que un cuarteto de jóvenes delicienses deleitaba al público en el Teatro de la Ciudad, resulta que en otro punto -también cultural- un cuarteto de pillos que no tocaba música ni deleitaba a nadie con sus cleptómanas manos, fueron capturados por la policía municipal de Delicias.
El cuarteto familiar era integrado por tres delincuentes y el padre alcohólico de estos quien al parecer se partió la cara al dar un “mal paso” en total estado de ebriedad.
Los hechos ocurrieron en la calle central y avenida 4ª oriente en la parte trasera del centro cultural a las 19:25 horas de este martes cuando un policía que pasaba por el lugar a bordo de una patrulla se percato de la presencia de tres sujetos forcejeando un auto rojo, de la marca Ford, modelo atrasado, al cerciorarse que el auto que intentaban abrir no era de la propiedad de ninguno de los sospechosos, el policía procedió a solicitar apoyo de sus compañeros, mientras los sujetos señalaban que un cuarto integrante de su pandilla y padre del trío, permanecía en el suelo en total estado de ebriedad y con lesiones en distintas partes del rostro que se provoco al caer sobre la banqueta en su fracasado intento de huir al observar las luces azules y rojas que le provocaron pánico y complicaron la situación de sus polluelos, o mejor dicho pilluelos.
Al revisar el auto en que viajaban los maliciosos sujetos, un Gran Marquis gris de modelo atrasado, los uniformados encontraron un verdadero arsenal de herramientas, el cual constaba de gatos hidráulicos, llaves de “cruz”, y unos 6 acumuladores y un sin numero de objetos entre ellos un bat de beísbol, que al parecer iban "recolectando" a su paso.
El modus operandi de estos frustrados ladrones era el siguiente:
Uno de los tres hermanos se encargaba de ubicar el vehiculo a desvalijar, el cual debía de ser un vehiculo de modelo atrasado, pues eso les facilitaría la extracción del acumulador y sobre en ese tipo de vehículos cargan todo tipo de herramientas sus propietarios.
Una vez encontrado el vehiculo apropiado, uno de los sujetos procedía a abrir el cofre, mientras un segundo sujeto forzaba la cajuela de este y el tercero y cuarto sujetos les vigilaban el área para prevenir cualquier tipo de acción que pusiera en riesgo su libertad.
Todo iba bien, la portezuela trasera del viejo auto cedió tan fácilmente como el cofre del mismo; pero ¡oh!, decepción… El viejo andaba tan ebrio que se quedo en el auto semidormido casi inconciente por la farra que se había agarrado y no vio la presencia policiaca sino hasta que vio las luces bicolores de la patrulla detrás del auto por lo cual se les cabo la cleptómana fiesta.
Finalmente fueron detenidos los tres sujetos.
Mientras a bordo de la caja de la patrulla los tres afanosos sujetos permanecían con esposas sujetos a los tubos de la unidad policiaca, y uno de ellos platicaba sus “penas” la falta de empleo, los pleitos con su exigente mujer, en fin, cosas privadas que trasmitía a un uniformado que los escuchaba con suma atención al acto que se fumaba cómodamente un cigarrillo, de esos que gusta aspirar el secretario municipal continuamente.
La parte mas sentimental de esta detención se dio cuando el Sr. Briagoberto Hurtado, padre de los tres pillos, era subido a la ambulancia al mismo tiempo que el mas chiple de sus galopines hijos le gritaba con un infantil tono de voz "¡PÁPI--PAPIII¡"
Así termino la faena de estos pillos que finalmente fueron puestos a disposición de las autoridades correspondientes tras haber sido sorprendidos en plena flagrancia por la policía en la zona centro de Delicias.
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