Marcela Iacub, feminista militante, vegetariana defensora de los derechos de los animales, jurista y directora de investigaciones del Centro Nacional francés de Investigaciones Científicas (CNRS, por sus siglas en francés), se ha convertido en la mujer más buscada de toda Francia. El motivo es haber trazado una humillante teoría sobre la psicología sexual de Dominique Strauss-Kahn, exdirector del FMI, con el morbo añadido de que fue su pareja durante siete meses. El tiempo suficiente para obtener toda la información que ha recopilado en una obra titulada La bella y la bestia (‘Belle et Bête’).
“Mitad hombre, mitad cerdo”, “afectado por el síndrome del amo del mundo o capataz de la Edad Media” y “comunista sexual” son algunos de los apelativos que Iacub dedica a su examante, para posteriormente desarrollar una completa teoría feminista sobre cada uno de estos conceptos. Una serie de ficticias escenas de alcoba completan la trama. No se trata de un libro autobiográfico con los secretos de la relación, sino que trasciende esta dimensión para encuadrarse en el plano académico, el de los estudios de género en la que es experta. Algunas de sus obras más destacadas en este terreno son ¿Qué habéis hecho con la liberación sexual? (2002), El delito que roza el crimen sexual (2003) o, la más reciente, ¿Una sociedad de violadores? (2012).

Intento de secuestro de la publicación
El equipo de abogados de Strauss-Khan empleó todas las herramientas a su alcance para intentar paralizar su venta, pero solo consiguieron una sanción de tipo económico. Primero demandaron a Iacub y a la editorial (Stock) por “atentado contra la intimidad”. Su intención, a sabiendas de que la prohibición del libro no fructificaría, era que al menos se insertase una aclaración en cada ejemplar sobre la demanda judicial. Luego, “a título subsidiario”, reclamaron la confiscación de todos los libros.
Para Strauss-kahn el mundo se divide entre los señoritos y los criados, como si todavía viviésemos en la Edad Media
Finalmente, la jueza Anne-Marie Sauteraud, del Tribunal de Gran Instancia de París, ordenó el pasado día 27, coincidiendo con la salida a la venta de la obra, sanciones económicas por valor de 75.000 euros. 50.000 euros a los que tendrán que hacer frente la escritora y la editorial, y 25.000 que deberá pagar Le Nouvel Observateur por haber publicado extractos del libro.
La disección de la psicología sexual de Strauss-Khan no es un aspecto que a estas alturas llame especialmente la atención a los franceses, después de la multitud de affaires y escándalos que éste ha protagonizado. Sus fotos en el banquillo de los acusados durante el juicio por una supuesta agresión sexual a la camarera de un hotel en Nueva York ocuparon las primeras planas de toda la prensa internacional y lo obligaron a renunciar de su cargo como director del FMI. Él mismo retiró su candidatura a las primarias socialistas de 2011, mientras la presión social y mediática se ceñía sobre su persona.
Una personalidad consustancial a todos los ‘amos del mundo’
Poco más podía sorprender a los franceses de la personalidad de Strauss-Khan, hasta que llegó Iacub provocando un nuevo tsunami editorial. Y es que su análisis, en el que compara la “locura sexual” de los dirigentes internacionales con la “irracionalidad de sus políticas”, no deja indiferente a nadie. “Dominique es un cerdo sublime, irracional, excéntrico. Su personalidad es completamente opuesta a los principios políticos que promulgaba cuando dirigía el FMI”, espeta la investigadora de origen argentino.
Para este tipo de personas no existe la propiedad privada respecto a las mujeres, es como si fuesen comunistas sexuales
Una descripción generalizable a toda la casta de los poderosos que sufren el ‘síndrome del amo del mundo’. Para los poderosos, continúa la investigadora, el mundo está separado en dos clases de personas, “los señoritos y los criados; los dominadores y los dominados. Para ellos es una división normal, como si todavía viviésemos en la Edad Media”.
Es por esta generalización que Iacub justifica las palabras que Anne Sinclair, esposa de Strauss-Kahn, le dijo durante una conversación informal que reproduce en el libro: “No hay nada de malo en pedirle a una sirvienta que te haga una felación”. La propia escritora quita hierro a este escándalo asegurando que “la empleada del hotel fue horriblemente ofendida, pero no fue violada”.
Un ‘comunista sexual’
En la única entrevista ofrecida antes de la aparición del libro, Iacub justificaba su engaño al político: “Yo solo quería desarrollar una teoría sobre el amor a partir de mi experiencia. Una mojigata que se enamora de un auténtico cerdo. Una mojigata desviada por culpa del amor para darse de bruces contra un saco de basura”. El título ya lo había pensado de antemano, La bella y la bestia, y quién mejor para representar este segundo papel que Strauss-Kahan, se pregunta la autora. “Yo lo he utilizado, pero él a mí también”, sentencia.
Su egoísmo, su pobreza de espíritu y su ausencia de sensibilidad para tratar a los demás lo convierten en una bestia malvada
La principal conclusión de la investigadora es que el exdirector del FMI tiene una doble personalidad, “intratable” en la mayoría de las ocasiones, y que sigue a rajatabla “la teoría del hombre-cerdo”. Es decir, se trata de una persona que “siempre quiere imponerse sobre los demás sin un ápice de moral. El lleva la batuta en la cama, sin preguntar y sin preocuparse por las consecuencias”. La investigadora sigue elevando el tono a medida que continúa desarrollando la explicación de su teoría: “Para este tipo de personas, no existe la propiedad privada respecto a las mujeres, es como si fuesen comunistas sexuales”.
La descripción de la parte de la personalidad “cerda” de Strauss Kahn remata así: “Es como si no pudiese dejar de mentir y de abusar sobre los demás. Lo único que le importa es vivir el momento, lo inmediato y el placer”. Su problema, continúa la escritora, se centra en que “su egoísmo, su pobreza de espíritu y su ausencia de sensibilidad para tratar a los demás lo convierten en una bestia. Él se cree que todos los demás son estúpidos, ni los tiene en consideración ni los entiende. Al final se siente en el rol de malvado y acaba haciendo gilipolleces”, sentencia la autora.
“Mitad hombre, mitad cerdo”, “afectado por el síndrome del amo del mundo o capataz de la Edad Media” y “comunista sexual” son algunos de los apelativos que Iacub dedica a su examante, para posteriormente desarrollar una completa teoría feminista sobre cada uno de estos conceptos. Una serie de ficticias escenas de alcoba completan la trama. No se trata de un libro autobiográfico con los secretos de la relación, sino que trasciende esta dimensión para encuadrarse en el plano académico, el de los estudios de género en la que es experta. Algunas de sus obras más destacadas en este terreno son ¿Qué habéis hecho con la liberación sexual? (2002), El delito que roza el crimen sexual (2003) o, la más reciente, ¿Una sociedad de violadores? (2012).

'Le Nouvel Observateur' publicó la única entrevista concedida por Marcela Iacub.
Un estudio de campo en forma de relación es lo que reivindica ahora la investigadora para justificar su engañosa aventura. Ella misma aclara que comenzó a escribir el libro desde el mismo momento en el que inició su relación con el exdirector del FMI, según recoge el semanario francés Le Nouvel Observateur, en la única entrevista que ha concedido a los medios. La expectación generada tras conocerse algunos de los extractos de este dardo envenenado, publicados por este mismo medio, ha quedado ampliamente sobrepasada con la llegada de la obra a las librerías de toda Francia el pasado miércoles.Intento de secuestro de la publicación
El equipo de abogados de Strauss-Khan empleó todas las herramientas a su alcance para intentar paralizar su venta, pero solo consiguieron una sanción de tipo económico. Primero demandaron a Iacub y a la editorial (Stock) por “atentado contra la intimidad”. Su intención, a sabiendas de que la prohibición del libro no fructificaría, era que al menos se insertase una aclaración en cada ejemplar sobre la demanda judicial. Luego, “a título subsidiario”, reclamaron la confiscación de todos los libros.


Finalmente, la jueza Anne-Marie Sauteraud, del Tribunal de Gran Instancia de París, ordenó el pasado día 27, coincidiendo con la salida a la venta de la obra, sanciones económicas por valor de 75.000 euros. 50.000 euros a los que tendrán que hacer frente la escritora y la editorial, y 25.000 que deberá pagar Le Nouvel Observateur por haber publicado extractos del libro.
La disección de la psicología sexual de Strauss-Khan no es un aspecto que a estas alturas llame especialmente la atención a los franceses, después de la multitud de affaires y escándalos que éste ha protagonizado. Sus fotos en el banquillo de los acusados durante el juicio por una supuesta agresión sexual a la camarera de un hotel en Nueva York ocuparon las primeras planas de toda la prensa internacional y lo obligaron a renunciar de su cargo como director del FMI. Él mismo retiró su candidatura a las primarias socialistas de 2011, mientras la presión social y mediática se ceñía sobre su persona.
Una personalidad consustancial a todos los ‘amos del mundo’
Poco más podía sorprender a los franceses de la personalidad de Strauss-Khan, hasta que llegó Iacub provocando un nuevo tsunami editorial. Y es que su análisis, en el que compara la “locura sexual” de los dirigentes internacionales con la “irracionalidad de sus políticas”, no deja indiferente a nadie. “Dominique es un cerdo sublime, irracional, excéntrico. Su personalidad es completamente opuesta a los principios políticos que promulgaba cuando dirigía el FMI”, espeta la investigadora de origen argentino.


Una descripción generalizable a toda la casta de los poderosos que sufren el ‘síndrome del amo del mundo’. Para los poderosos, continúa la investigadora, el mundo está separado en dos clases de personas, “los señoritos y los criados; los dominadores y los dominados. Para ellos es una división normal, como si todavía viviésemos en la Edad Media”.
Es por esta generalización que Iacub justifica las palabras que Anne Sinclair, esposa de Strauss-Kahn, le dijo durante una conversación informal que reproduce en el libro: “No hay nada de malo en pedirle a una sirvienta que te haga una felación”. La propia escritora quita hierro a este escándalo asegurando que “la empleada del hotel fue horriblemente ofendida, pero no fue violada”.
Un ‘comunista sexual’
En la única entrevista ofrecida antes de la aparición del libro, Iacub justificaba su engaño al político: “Yo solo quería desarrollar una teoría sobre el amor a partir de mi experiencia. Una mojigata que se enamora de un auténtico cerdo. Una mojigata desviada por culpa del amor para darse de bruces contra un saco de basura”. El título ya lo había pensado de antemano, La bella y la bestia, y quién mejor para representar este segundo papel que Strauss-Kahan, se pregunta la autora. “Yo lo he utilizado, pero él a mí también”, sentencia.


La principal conclusión de la investigadora es que el exdirector del FMI tiene una doble personalidad, “intratable” en la mayoría de las ocasiones, y que sigue a rajatabla “la teoría del hombre-cerdo”. Es decir, se trata de una persona que “siempre quiere imponerse sobre los demás sin un ápice de moral. El lleva la batuta en la cama, sin preguntar y sin preocuparse por las consecuencias”. La investigadora sigue elevando el tono a medida que continúa desarrollando la explicación de su teoría: “Para este tipo de personas, no existe la propiedad privada respecto a las mujeres, es como si fuesen comunistas sexuales”.
La descripción de la parte de la personalidad “cerda” de Strauss Kahn remata así: “Es como si no pudiese dejar de mentir y de abusar sobre los demás. Lo único que le importa es vivir el momento, lo inmediato y el placer”. Su problema, continúa la escritora, se centra en que “su egoísmo, su pobreza de espíritu y su ausencia de sensibilidad para tratar a los demás lo convierten en una bestia. Él se cree que todos los demás son estúpidos, ni los tiene en consideración ni los entiende. Al final se siente en el rol de malvado y acaba haciendo gilipolleces”, sentencia la autora.
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