El estado de incertidumbre en que viven hoy los venezolanos a raíz de la ausencia y enfermedad del Presidente Hugo Chávez, es una demostración palmaria de que un régimen como el bolivariano, construido sobre la base del personalismo y el autoritarismo, tiene una debilidad estructural: la dependencia del líder. En el caso de Venezuela, el Presidente Chávez no sólo es quien impulsa, y a la vez encarna, el proyecto político de la llamada "revolución bolivariana", sino también quien concentra en su persona todos los resortes del poder.
Como se han apresurado a destacar tanto partidarios como detractores del Mandatario venezolano, "no existe el chavismo sin Chávez". En efecto, en 11 años de gobierno chavista, no ha surgido en el oficialismo una figura que pueda considerarse el "sucesor natural" del líder bolivariano, de la misma forma en que la oposición no ha logrado levantar una alternativa al ex militar. Las amplias atribuciones concedidas a Chávez por la Asamblea Nacional para gobernar desde el hospital cubano donde está siendo tratado por un cáncer que él mismo reconoció esta semana, el secretismo con que se ha manejado su estado de salud, la falta de un sistema conocido para definir a un eventual sucesor, son todos factores que alimentan en Venezuela un clima de perplejidad y confusión.
La clase política venezolana, en la oposición y en el gobierno, tiene la responsabilidad de generar los liderazgos que su país necesita. El hecho de que, a todas luces, la revolución bolivariana se sustente únicamente sobre el liderazgo de Hugo Chávez condena a Venezuela a la inestabilidad y pone en mayor peligro a su ya muy maltratada democracia.
Share To:
Magpress

MagPress

Vestibulum bibendum felis sit amet dolor auctor molestie. In dignissim eget nibh id dapibus. Fusce et suscipit orci. Aliquam sit amet urna lorem. Duis eu imperdiet nunc, non imperdiet libero.

0 comments so far,add yours