“¡Corre, corre”, “¿Pero por qué voy a correr si no hice nada..?”
Esa fue la advertencia que Miguel Ángel Reyes Vela, de 20 años, le hizo a su amigo, y la respuesta que le dio José Guadalupe Lara Campa, de 18, al ver bajarse de un vehículo a un sujeto con un “cuerno de chivo” en la colonia Eco 2000 la noche del jueves.
El ataque que siguió dejó cinco personas muertas y tres heridas.
De acuerdo con amigos y vecinos de los fallecidos, la matanza empezó a gestarse el pasado lunes en las inmediaciones de la Secundaria Técnica 64, cuando varios jóvenes le quitaron un celular a Árgenes Delgado Castañeda, de 15 años.
Molesto, éste le comentó a sus amigos lo que había sucedido, por lo que decidieron acompañarlo a recuperarlo al día siguiente.
En el grupo iban José Guadalupe Lara Campa y Miguel Ángel Reyes Vela, además de otra persona no identificada.
Enfrentaron a quienes robaron el celular, reclamaron lo sucedido y exigieron que les regresaran el aparato, pero en respuesta uno de ellos sacó una pistola y les dijo que los iba a matar.
Con la cacha del arma le dio un par de golpes a José Guadalupe, uno en la cabeza y otro en un pómulo.
Tras el incidente y la amenaza los jóvenes por temor no fueron a la escuela el miércoles y decidieron resguardarse en su casa.
Para el jueves todos trataron de volver a la normalidad y regresaron a clases.
José Guadalupe, estudiante del primer semestre de preparatoria, acudió ese día a recoger a su hermana, con quien vivía junto con su papá en la colonia Eco 2000, y al llegar a la Técnica 64 varios sujetos lo abordaron y le preguntaron de qué barrio era.
El joven, hoy asesinado, les dijo que de ninguno, pero a pesar de ello le hicieron una segunda amenaza: “ya valiste madre”.
Minutos antes del ataque
Como todos los días, Gloria se había preparado para ponerse en uno de los módulos que a lo largo de la calle Selva de Eco 2000 se instalaban para la venta de ropa. A las 5 de la tarde ya estaban listos.
Gloria, como pidió ser identificada, aseguró que todo iba bien, incluso, ese día creía que no se iban a instalar muchos de sus compañeros, porque apenas iban tres colegas con sus puestos.
Minutos antes de que empezara a oscurecer observó un par de vehículos que ingresaron por uno de los callejones que da a una torre que contiene nueve viviendas.
En una de ellas habitaba la familia de José Guadalupe.
La mujer refirió que era una camioneta pick up Ram, color blanco, y un Nissan Altima, color gris, con varios jóvenes a bordo.
Incluso, dijo, vio que algunos de ellos traían el uniforme de Bachilleres.
Durante algunas horas estuvieron dando varias vueltas como buscando a alguien, indicó.
Después de las 8:30 de la noche, José Guadalupe Lara Campa, Miguel Ángel Reyes Vela y Árgenes Delgado Castañeda junto con otros dos jóvenes de nombres “Jesús” y “Cristian”, estaban junto a un carro escuchando música. La gente caminaba entre los puestos buscando qué comprar y repentinamente del Nissan bajó “un chavalito con una arma bien grandota”.
En cuanto Miguel vio al joven, le gritó a su amigo Lupito: “¡corre, corre”, pero José Guadalupe le dijo “no, ¿por qué?” y se tiró al piso.
En el momento en que Miguel intentaba huir uno de los sicarios le disparó a las piernas, mientras que un cómplice le tiraba a otros dos que caían abatidos.
Ya cuando se retiraban del lugar, uno de los agresores le dijo al que conducía la unidad que se detuviera y regresó para dispararle a Miguel y a José Guadalupe.
“Se regresaron para darle el tiro de gracia”, narraron testigos.
Una mujer dijo que en esos hechos Rosa Guadalupe Guzmán, una de las comerciantes del tianguis se encontraba con su hijo, un menor de 8 años, y que resultaron heridos de bala. Ambos siguen con vida.
Tras los hechos, pese a que a que ya habían tapado el cuerpo de Miguel Ángel, su padre llegó para tratar de llevarlo a recibir atención médica.
Árgenes, el menor al que le robaron el celular, recibió varios impactos del “cuerno de chivo” en ambos brazos y debido a ello el pronóstico de los médicos es que pierda las dos extremidades superiores.
El reporte oficial
La Fiscalía General del Estado emitió un comunicado en el que refiere que otra de las personas sin vida fue un menor identificado como Alexis Borunda Acosta de 16 años, quien se encontraba en el lugar de los hechos.
El reporte oficial refiere que elementos de la Policía Estatal Investigadora acudieron a la intersección de las calles Oso Polar y Lince, de la colonia Eco 2000, luego de que se les reportaran el hallazgo de tres personas muertas.
Debido a que en la escena del crimen no pudieron identificar de inmediato a los fallecidos, los registraron como desconocidos, hasta que las familias acudan al Servicio Médico Forense a identificarlos; mientras tanto las letras A, B y C refieren a las víctimas.
“Los cuerpos A, B y C fueron localizados sobre la carpeta asfáltica, presentando todos múltiples heridas producidas por proyectiles de arma de fuego en diversas áreas”, se lee textualmente.
Posteriormente, se reportó a la Unidad Investigadora el fallecimiento de Miguel Ángel Reyes Soto y Alexis Borunda Acosta en la Clínica 66 del IMSS.
Durante la mañana de ayer se apreció a los familiares que acudieron a retirar las piedras y la tierra que habían depositado sobre la sangre derramada sobre la calle Selva.
A la distancia se podían ver las piedras apiladas y los promontorios de tierra que se colocaron sobre los restos hemáticos para impedir que los vehículos pasaran sobre ellos.
Esa fue la advertencia que Miguel Ángel Reyes Vela, de 20 años, le hizo a su amigo, y la respuesta que le dio José Guadalupe Lara Campa, de 18, al ver bajarse de un vehículo a un sujeto con un “cuerno de chivo” en la colonia Eco 2000 la noche del jueves.
El ataque que siguió dejó cinco personas muertas y tres heridas.
De acuerdo con amigos y vecinos de los fallecidos, la matanza empezó a gestarse el pasado lunes en las inmediaciones de la Secundaria Técnica 64, cuando varios jóvenes le quitaron un celular a Árgenes Delgado Castañeda, de 15 años.
Molesto, éste le comentó a sus amigos lo que había sucedido, por lo que decidieron acompañarlo a recuperarlo al día siguiente.
En el grupo iban José Guadalupe Lara Campa y Miguel Ángel Reyes Vela, además de otra persona no identificada.
Enfrentaron a quienes robaron el celular, reclamaron lo sucedido y exigieron que les regresaran el aparato, pero en respuesta uno de ellos sacó una pistola y les dijo que los iba a matar.
Con la cacha del arma le dio un par de golpes a José Guadalupe, uno en la cabeza y otro en un pómulo.
Tras el incidente y la amenaza los jóvenes por temor no fueron a la escuela el miércoles y decidieron resguardarse en su casa.
Para el jueves todos trataron de volver a la normalidad y regresaron a clases.
José Guadalupe, estudiante del primer semestre de preparatoria, acudió ese día a recoger a su hermana, con quien vivía junto con su papá en la colonia Eco 2000, y al llegar a la Técnica 64 varios sujetos lo abordaron y le preguntaron de qué barrio era.
El joven, hoy asesinado, les dijo que de ninguno, pero a pesar de ello le hicieron una segunda amenaza: “ya valiste madre”.
Minutos antes del ataque
Como todos los días, Gloria se había preparado para ponerse en uno de los módulos que a lo largo de la calle Selva de Eco 2000 se instalaban para la venta de ropa. A las 5 de la tarde ya estaban listos.
Gloria, como pidió ser identificada, aseguró que todo iba bien, incluso, ese día creía que no se iban a instalar muchos de sus compañeros, porque apenas iban tres colegas con sus puestos.
Minutos antes de que empezara a oscurecer observó un par de vehículos que ingresaron por uno de los callejones que da a una torre que contiene nueve viviendas.
En una de ellas habitaba la familia de José Guadalupe.
La mujer refirió que era una camioneta pick up Ram, color blanco, y un Nissan Altima, color gris, con varios jóvenes a bordo.
Incluso, dijo, vio que algunos de ellos traían el uniforme de Bachilleres.
Durante algunas horas estuvieron dando varias vueltas como buscando a alguien, indicó.
Después de las 8:30 de la noche, José Guadalupe Lara Campa, Miguel Ángel Reyes Vela y Árgenes Delgado Castañeda junto con otros dos jóvenes de nombres “Jesús” y “Cristian”, estaban junto a un carro escuchando música. La gente caminaba entre los puestos buscando qué comprar y repentinamente del Nissan bajó “un chavalito con una arma bien grandota”.
En cuanto Miguel vio al joven, le gritó a su amigo Lupito: “¡corre, corre”, pero José Guadalupe le dijo “no, ¿por qué?” y se tiró al piso.
En el momento en que Miguel intentaba huir uno de los sicarios le disparó a las piernas, mientras que un cómplice le tiraba a otros dos que caían abatidos.
Ya cuando se retiraban del lugar, uno de los agresores le dijo al que conducía la unidad que se detuviera y regresó para dispararle a Miguel y a José Guadalupe.
“Se regresaron para darle el tiro de gracia”, narraron testigos.
Una mujer dijo que en esos hechos Rosa Guadalupe Guzmán, una de las comerciantes del tianguis se encontraba con su hijo, un menor de 8 años, y que resultaron heridos de bala. Ambos siguen con vida.
Tras los hechos, pese a que a que ya habían tapado el cuerpo de Miguel Ángel, su padre llegó para tratar de llevarlo a recibir atención médica.
Árgenes, el menor al que le robaron el celular, recibió varios impactos del “cuerno de chivo” en ambos brazos y debido a ello el pronóstico de los médicos es que pierda las dos extremidades superiores.
El reporte oficial
La Fiscalía General del Estado emitió un comunicado en el que refiere que otra de las personas sin vida fue un menor identificado como Alexis Borunda Acosta de 16 años, quien se encontraba en el lugar de los hechos.
El reporte oficial refiere que elementos de la Policía Estatal Investigadora acudieron a la intersección de las calles Oso Polar y Lince, de la colonia Eco 2000, luego de que se les reportaran el hallazgo de tres personas muertas.
Debido a que en la escena del crimen no pudieron identificar de inmediato a los fallecidos, los registraron como desconocidos, hasta que las familias acudan al Servicio Médico Forense a identificarlos; mientras tanto las letras A, B y C refieren a las víctimas.
“Los cuerpos A, B y C fueron localizados sobre la carpeta asfáltica, presentando todos múltiples heridas producidas por proyectiles de arma de fuego en diversas áreas”, se lee textualmente.
Posteriormente, se reportó a la Unidad Investigadora el fallecimiento de Miguel Ángel Reyes Soto y Alexis Borunda Acosta en la Clínica 66 del IMSS.
Durante la mañana de ayer se apreció a los familiares que acudieron a retirar las piedras y la tierra que habían depositado sobre la sangre derramada sobre la calle Selva.
A la distancia se podían ver las piedras apiladas y los promontorios de tierra que se colocaron sobre los restos hemáticos para impedir que los vehículos pasaran sobre ellos.
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