Washington— La guerra
contra las drogas se ha tornado aún más bélica. Doscientos soldados de
la Marina de los Estados Unidos han entrado a Guatemala en una misión
para perseguir a operativos locales del mortífero cártel de la droga de
‘Los Zetas’.
Los soldados de la Marina se encuentran apostados tras haber sido
enviados a Guatemala a principios de este mes, y han dado inicio al
papel que les toca jugar en la Operación Martillo. Dicha operación
comenzó a principios de enero, y es más grande que únicamente el
contingente de la Marina, la cual está involucrada en la operación junto
con la Guardia Costera y agentes federales que trabajan en conjunto con
los guatemaltecos para bloquear las rutas del tráfico de drogas.

Es un gran cambio para las fuerzas de los Estados Unidos en la región.
Por años, el Pentágono ha enviado tropas a Guatemala, pero estas
misiones han estado muy limitadas al ejercer un “poder moderado”, como
es el entrenamiento de soldados locales y la construcción de caminos y
escuelas. La Operación Martillo es algo muy diferente.
La noticia salió a relucir cuando dos agentes estadounidenses, que
habían resultado heridos en un ataque en México la semana pasada, al
parecer fueron descubiertos de estar trabajando para la CIA.
Aparentemente el ataque era un caso de confusión de identidad luego que
los agentes huyeran de un retén de la Policía Federal, creyendo que los
policías mexicanos, vestidos como civiles, eran miembros del cártel. Los
policías, al ver que los agentes huían del retén en una SUV blindada,
presuntamente pensaron lo mismo, los siguieron y le dispararon al
vehículo. Los agentes han sido descubiertos de haber estado trabajando
para la CIA, ya que uno de los agentes heridos tenía vínculos con una
oficina de correos en Virginia, previamente vinculada a los vuelos de
tránsito de la CIA.
La parte que juegan los soldados de la Marina en la operación incluye la
persecución de narcotraficantes con helicópteros UH-1N Huey. El
contingente de la Marina cuenta con cuatro de estos helicópteros y los
soldados portan armas.
Washington— “No cualquier día se tienen alrededor de 200 soldados de la
Marina en un país de Centro y Sudamérica que no sea más que para llevar a
cabo ejercicios de entrenamiento”, dijo a Danger Room el sargento de
personal Earnest Barnes, jefe de relaciones públicas de las Fuerzas de
la Marina del Sur. Previamente al envío de las fuerzas de la Marina,
había sólo un puñado de soldados en el país, según dice Barnes.
Sin embargo, técnicamente los soldados de la Marina no pueden utilizar
sus armas más que para defensa personal, y Barnes no reveló si están
autorizados para perseguir a narcotraficantes en territorio
guatemalteco.
La descripción de lo que están haciendo sugiere que probablemente no
puedan hacerlo. En vez de eso estarán vigilando la costa para localizar
embarcaciones sospechosas -incluyendo submarinos improvisados del narco-
y luego contactarse por radio con los guatemaltecos, quienes hacen el
trabajo de decomisar la droga y arrestar a los miembros del cártel. Eso
puede suceder en ríos, o a lo largo de las dos líneas costeras de
Guatemala, según reportó el Marine Corp Times.
“En general, los soldados de la Marina están ahí para llevar a cabo
detecciones y monitoreo aéreo y vigilancia aérea, para que las
autoridades apropiadas hagan su trabajo, ya sea el ejército guatemalteco
u otra agencia policial o autoridad que esté preparada para cumplir con
su deber” dijo Barnes.
Entre las fuerzas de la Marina se encuentran pilotos y equipos de
comunicaciones, al igual que ingenieros de combate para construir pistas
de aterrizaje.
Por otro lado, simplemente el hecho de que los soldados de la Marina no
estén autorizados para detener a los narcotraficantes -más que
únicamente detectarlos- no significa que no puedan verse inmiscuidos en
algún conflicto. La guerra contra las drogas es sucia e involucra ir
tras grupos criminales que en la mayoría de los casos no portan
uniformes ni se identifican como miembros del cártel.
Mientras la violencia por las drogas en México empeoraba, los cárteles
como el de Los Zetas comenzaron a hacerse presentes en la frontera sur
de México. Hoy en día Guatemala es una base de Los Zetas, quienes usan
la ruta de tráfico de la remota región del norte del país para el
contrabando de narcóticos y armas.
En febrero, el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina dijo que su
país “no está haciendo lo que los Estados Unidos dice, estamos haciendo
lo que tenemos que hacer”, en otras palabras, despenalizar las drogas.
Pero Molina también ha enfatizado el atender el problema de los cárteles
del crimen con “mano dura”.
Por el contrario, los Estados Unidos no se ha atrevido a sugerir que las
drogas sean despenalizadas. Douglas Fraser, jefe de las Fuerzas
Estadounidenses en el Sur y Centro América, dijo que el año pasado al
Comité de Servicios Armados de la Cámara que “la violencia continúa
aumentando en Centro América, y es ahí precisamente en donde nos estamos
enfocando”.
Es aquí donde la Marina entra en escena. Y en cuanto a Los Zetas, los EU
no los han confrontado directamente con sus tropas. México no lo
permite en absoluto. Con Guatemala es diferente, lo que significa que un
enfrentamiento entre un cártel militarizado y el ejército de EU podría
tornarse inminente. (Tomada de la revista Wired)
contra las drogas se ha tornado aún más bélica. Doscientos soldados de
la Marina de los Estados Unidos han entrado a Guatemala en una misión
para perseguir a operativos locales del mortífero cártel de la droga de
‘Los Zetas’.
Los soldados de la Marina se encuentran apostados tras haber sido
enviados a Guatemala a principios de este mes, y han dado inicio al
papel que les toca jugar en la Operación Martillo. Dicha operación
comenzó a principios de enero, y es más grande que únicamente el
contingente de la Marina, la cual está involucrada en la operación junto
con la Guardia Costera y agentes federales que trabajan en conjunto con
los guatemaltecos para bloquear las rutas del tráfico de drogas.

Es un gran cambio para las fuerzas de los Estados Unidos en la región.
Por años, el Pentágono ha enviado tropas a Guatemala, pero estas
misiones han estado muy limitadas al ejercer un “poder moderado”, como
es el entrenamiento de soldados locales y la construcción de caminos y
escuelas. La Operación Martillo es algo muy diferente.
La noticia salió a relucir cuando dos agentes estadounidenses, que
habían resultado heridos en un ataque en México la semana pasada, al
parecer fueron descubiertos de estar trabajando para la CIA.
Aparentemente el ataque era un caso de confusión de identidad luego que
los agentes huyeran de un retén de la Policía Federal, creyendo que los
policías mexicanos, vestidos como civiles, eran miembros del cártel. Los
policías, al ver que los agentes huían del retén en una SUV blindada,
presuntamente pensaron lo mismo, los siguieron y le dispararon al
vehículo. Los agentes han sido descubiertos de haber estado trabajando
para la CIA, ya que uno de los agentes heridos tenía vínculos con una
oficina de correos en Virginia, previamente vinculada a los vuelos de
tránsito de la CIA.
La parte que juegan los soldados de la Marina en la operación incluye la
persecución de narcotraficantes con helicópteros UH-1N Huey. El
contingente de la Marina cuenta con cuatro de estos helicópteros y los
soldados portan armas.
Washington— “No cualquier día se tienen alrededor de 200 soldados de la
Marina en un país de Centro y Sudamérica que no sea más que para llevar a
cabo ejercicios de entrenamiento”, dijo a Danger Room el sargento de
personal Earnest Barnes, jefe de relaciones públicas de las Fuerzas de
la Marina del Sur. Previamente al envío de las fuerzas de la Marina,
había sólo un puñado de soldados en el país, según dice Barnes.
Sin embargo, técnicamente los soldados de la Marina no pueden utilizar
sus armas más que para defensa personal, y Barnes no reveló si están
autorizados para perseguir a narcotraficantes en territorio
guatemalteco.
La descripción de lo que están haciendo sugiere que probablemente no
puedan hacerlo. En vez de eso estarán vigilando la costa para localizar
embarcaciones sospechosas -incluyendo submarinos improvisados del narco-
y luego contactarse por radio con los guatemaltecos, quienes hacen el
trabajo de decomisar la droga y arrestar a los miembros del cártel. Eso
puede suceder en ríos, o a lo largo de las dos líneas costeras de
Guatemala, según reportó el Marine Corp Times.
“En general, los soldados de la Marina están ahí para llevar a cabo
detecciones y monitoreo aéreo y vigilancia aérea, para que las
autoridades apropiadas hagan su trabajo, ya sea el ejército guatemalteco
u otra agencia policial o autoridad que esté preparada para cumplir con
su deber” dijo Barnes.
Entre las fuerzas de la Marina se encuentran pilotos y equipos de
comunicaciones, al igual que ingenieros de combate para construir pistas
de aterrizaje.
Por otro lado, simplemente el hecho de que los soldados de la Marina no
estén autorizados para detener a los narcotraficantes -más que
únicamente detectarlos- no significa que no puedan verse inmiscuidos en
algún conflicto. La guerra contra las drogas es sucia e involucra ir
tras grupos criminales que en la mayoría de los casos no portan
uniformes ni se identifican como miembros del cártel.
Mientras la violencia por las drogas en México empeoraba, los cárteles
como el de Los Zetas comenzaron a hacerse presentes en la frontera sur
de México. Hoy en día Guatemala es una base de Los Zetas, quienes usan
la ruta de tráfico de la remota región del norte del país para el
contrabando de narcóticos y armas.
En febrero, el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina dijo que su
país “no está haciendo lo que los Estados Unidos dice, estamos haciendo
lo que tenemos que hacer”, en otras palabras, despenalizar las drogas.
Pero Molina también ha enfatizado el atender el problema de los cárteles
del crimen con “mano dura”.
Por el contrario, los Estados Unidos no se ha atrevido a sugerir que las
drogas sean despenalizadas. Douglas Fraser, jefe de las Fuerzas
Estadounidenses en el Sur y Centro América, dijo que el año pasado al
Comité de Servicios Armados de la Cámara que “la violencia continúa
aumentando en Centro América, y es ahí precisamente en donde nos estamos
enfocando”.
Es aquí donde la Marina entra en escena. Y en cuanto a Los Zetas, los EU
no los han confrontado directamente con sus tropas. México no lo
permite en absoluto. Con Guatemala es diferente, lo que significa que un
enfrentamiento entre un cártel militarizado y el ejército de EU podría
tornarse inminente. (Tomada de la revista Wired)
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