A BORDO DEL AVIÓN (apro).- El mitin duró 10 minutos y lo hizo desde su asiento 6C del vuelo 2596 de Aeroméxico: mientras la aeronave volaba a 36 mil pies de altura, Andrés Manuel López Obrador recibía aplausos y porras de los viajeros que lo alentaban a seguir su campaña y ganar el 1 de julio próximo.
Rumbo a Reynosa, la aeronave tenía media hora de haber despegado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), cuando se convirtió en una pequeña plaza de la campaña lópezobradorista.
Rubén Núñez, un contratista de Pemex, fue quien se animó a organizar la porra. Apenas habían servido las bebidas, tomó un trago de cerveza y se levantó de su asiento y azuzó a los pasajeros a corear una porra.
La mitad de los pasajeros respondió y el “chiquitibum a la bim-bom-ba” resonó en la aeronave.
“Es que yo soy de los que piensa que le robaron la elección del 2006″, justificó el contratista mientras veía asombrado la reacción de los viajeros que apoyaban a López Obrador en el interior de la nave de 50 plazas.
María Teresa, una señora que rogó a los reporteros que no se mencionara su apellido, le pidió al candidato que dijera unas palabras. El tabasqueño se resistió en un primer momento, pero ante la insistencia de la mujer, aceptó. Volteó su torso y empezó a explicar el sentido de su campaña.
La azafata dejó de servir bebidas y el avión ya volaba sobre el litoral del Golfo de México, mientras López Obrador explicaba que su campaña era para concientizar a la gente.
En la parte delantera de la aeronave, los pasajeros escuchaban, atentos; los de atrás, trataban de adivinar lo que decía el candidato de las izquierdas.
De perfil, López Obrador resaltó el papel de los jóvenes como el motor del cambio, reconoció que su presencia irruptora en las campañas es muy importante.
María Teresa lo interrumpió. Le dijo que ella en un principio desconfiaba de él porque en el 2006 le habían dicho que si ganaba le quitarían a su familia una parte de su propiedad.
El candidato del Movimiento Progresista le explicó desde su asiento que eso había sido parte de la campaña sucia en su contra. Que él nunca pensó hacer eso.
Los reporteros y fotógrafos más cercanos a López Obrador comenzaron a tomar imágenes y grabar el inédito mitin en el interior del avión de Aeroméxico. El candidato siguió hablando de su propuesta de un cambio verdadero, de la importancia de acabar con la corrupción y de manipulación de algunos medios para imponer al Presidente en turno.
“Pero no se preocupen, vamos a ganar de nuevo la presidencia de la República” dijo.
Luego se dirigió a los reporteros y les dijo: “mirones profesionales”.
Rubén Núñez seguía asombrado por lo que había provocado al organizar la porra en favor de López Obrador en la aeronave.
“Tengo muchos años trabajando para Pemex, yo si creo que le quitaron la Presidencia hace seis años. Pero ahora creo que los jóvenes lo van a hacer ganar, será como una bola de nieve y nadie los va a parar”, dijo mientras se despedía del candidato presidencial a quien le gusta viajar en clase turista para escuchar a la gente.
Rumbo a Reynosa, la aeronave tenía media hora de haber despegado del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), cuando se convirtió en una pequeña plaza de la campaña lópezobradorista.
Rubén Núñez, un contratista de Pemex, fue quien se animó a organizar la porra. Apenas habían servido las bebidas, tomó un trago de cerveza y se levantó de su asiento y azuzó a los pasajeros a corear una porra.
La mitad de los pasajeros respondió y el “chiquitibum a la bim-bom-ba” resonó en la aeronave.
“Es que yo soy de los que piensa que le robaron la elección del 2006″, justificó el contratista mientras veía asombrado la reacción de los viajeros que apoyaban a López Obrador en el interior de la nave de 50 plazas.
María Teresa, una señora que rogó a los reporteros que no se mencionara su apellido, le pidió al candidato que dijera unas palabras. El tabasqueño se resistió en un primer momento, pero ante la insistencia de la mujer, aceptó. Volteó su torso y empezó a explicar el sentido de su campaña.
La azafata dejó de servir bebidas y el avión ya volaba sobre el litoral del Golfo de México, mientras López Obrador explicaba que su campaña era para concientizar a la gente.
En la parte delantera de la aeronave, los pasajeros escuchaban, atentos; los de atrás, trataban de adivinar lo que decía el candidato de las izquierdas.
De perfil, López Obrador resaltó el papel de los jóvenes como el motor del cambio, reconoció que su presencia irruptora en las campañas es muy importante.
María Teresa lo interrumpió. Le dijo que ella en un principio desconfiaba de él porque en el 2006 le habían dicho que si ganaba le quitarían a su familia una parte de su propiedad.
El candidato del Movimiento Progresista le explicó desde su asiento que eso había sido parte de la campaña sucia en su contra. Que él nunca pensó hacer eso.
Los reporteros y fotógrafos más cercanos a López Obrador comenzaron a tomar imágenes y grabar el inédito mitin en el interior del avión de Aeroméxico. El candidato siguió hablando de su propuesta de un cambio verdadero, de la importancia de acabar con la corrupción y de manipulación de algunos medios para imponer al Presidente en turno.
“Pero no se preocupen, vamos a ganar de nuevo la presidencia de la República” dijo.
Luego se dirigió a los reporteros y les dijo: “mirones profesionales”.
Rubén Núñez seguía asombrado por lo que había provocado al organizar la porra en favor de López Obrador en la aeronave.
“Tengo muchos años trabajando para Pemex, yo si creo que le quitaron la Presidencia hace seis años. Pero ahora creo que los jóvenes lo van a hacer ganar, será como una bola de nieve y nadie los va a parar”, dijo mientras se despedía del candidato presidencial a quien le gusta viajar en clase turista para escuchar a la gente.
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