Según Antonio Tresplacios Guerrero, secretario técnico de esa entidad, en las zonas marginadas la cifra puede alcanzar hasta 25 por ciento, lo que convierte a Chihuahua en la sexta región del país donde más uso de estupefacientes se registra.
El estudio también señala que estos niños y jóvenes están sometidos a violencia intrafamiliar, trastornos mentales y en el peor de los casos ya han consumido algún tipo de droga.
Las autoridades de salud consideran que en el aumento del riesgo de drogadicción en este estado fronterizo influye el hecho de que el 25 por ciento de los centros de tratamiento y rehabilitación de adictos fueron cerrados por la violencia y la falta de condiciones óptimas.
Tresplacios Guerrero también precisó que de acuerdo con las estadísticas, en Ciudad Juárez existen casi 42 mil adictos, y de los que acuden a una de estas instituciones, cerca del 30 por ciento logra su rehabilitación.
Al respecto, James Mack, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la OEA advirtió que los problemas radican en la falta de personal capacitado y en que los programas no forman parte de una política de estado.
Una pesquisa similar se realizó a escala nacional, la cual arrojó que una problemática similar a la registrada en Chihuahua se manifiesta en casi el 10 por ciento de los menores mexicanos, informó Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de Salud.
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