El día de hoy se conmemoran 75 años de la expropiación del petróleo en México, acto que cambió la historia económica y social después de la Revolución.
En la noche del viernes del 18 de marzo de 1938, el General Lázaro Cárdenas se presentó ante los medios de comunicación para anunciar uno de los hechos más trascendentes en la historia de los Estados Unidos Mexicanos: la Expropiación Petrolera.
Ésta consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras para convertirse en propiedad de los mexicanos. Entre ellas figuraban Mexican Petroleum Company of California, Compañía Mexicana de Petróleo El Águila y la Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA.
En 1924, Diego Rendón, tras varios intentos fallidos de huelga reprimidos y disueltos por el ejército, se emplazó a huelga en Tampico contra la refinería El Águila, en la cual los trabajadores resultaron triunfantes al lograr que la empresa reconociese al sindicato y se concertase la firma de un contrato colectivo de trabajo.
El 16 de agosto de 1935 se constituyó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y una de sus primeras acciones fue la redacción de un proyecto de contrato en el que se solicitaba una jornada de 40 horas y el pago del salario completo en caso de enfermedad.
El 3 de noviembre de 1937 se les exigió la firma del contrato colectivo y el 17 de mayo el sindicato emplazó a huelga en caso de no cumplir tal demanda. En los primeros días de junio el sindicato demandó a las compañías petroleras ante la Junta General de Conciliación y Arbitraje; la huelga finalmente estalló el 31 de mayo y se levantó el 9 de junio.
La lucha de los trabajadores petroleros fue bien vista por el Presidente y la población, a pesar de los problemas causados por la escasez de petróleo. Así pues, en el mes de julio y por indicaciones de la Junta General de Conciliación y Arbitraje, se integró una Comisión de expertos para que investigaran la situación financiera de las compañías petroleras, concluyendo que las ganancias obtenidas por éstas permitían fácilmente cubrir las demandas de los trabajadores.
Sin embargo, el 8 de diciembre se realizó otro paro de labores al no tener respuesta de la Junta de Conciliación. Para el 18 de diciembre de 1937, la junta dio el fallo en favor del sindicato mediante un laudo en el cual se pidió a las compañías el cumplimiento de las peticiones y el pago de 26 millones de pesos en salarios caídos.
Las compañías petroleras interpusieron una demanda de amparo el 2 de enero de 1938 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que les negó el amparo. Como consecuencia, las compañías extranjeras se declararon en plena rebeldía y en respuesta, la máxima Autoridad Judicial emitió su fallo el 1° de marzo, señalando que el tiempo límite para que las empresas pagaran los 26 millones de pesos.
El presidente Lázaro Cárdenas tuvo reuniones con las compañías el 3, 6 y 7 de marzo. Según relatos de testigos, en la junta del 7 de marzo, cuando el presidente Lázaro Cárdenas solicitó el pago de los 26 millones de pesos como una garantía para levantar la huelga, uno de los dueños de una de las compañías preguntó: "¿Y quién lo garantiza?".
"El presidente de la República", contestó Cárdenas, a lo cual el dueño respondió: "¿Usted y quién más?".
Lázaro Cárdenas dio por terminadas las pláticas y el viernes 18 de marzo de 1938, las compañías extranjeras, advertidas por personas dentro del gobierno de que el presidente planeaba algo fuerte en contra de ellas, declararon en el último momento estar dispuestas a hacer el pago.
No obstante, el presidente ya había tomado una decisión. A las 22:00 horas, declaró la expropiación mediante la cual la riqueza petrolera, que explotaban las compañías extranjeras, se volvió propiedad de la nación.
Este hecho fue efectuado de acuerdo a la Ley de Expropiación del 23 de noviembre de 1936 y al artículo 27 de la Constitución Mexicana.
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