El político elegido por Angela Merkel para el puesto simbólico de presidente en Alemania renunció el viernes por acusaciones de que aceptó favores, asestando un golpe a la canciller en medio de la crisis de la zona euro.
En un breve comunicado de cinco minutos en el palacio presidencial Bellevue, Christian Wulff dijo que había perdido la confianza del pueblo alemán, lo que hacía imposible continuar en un rol que se supone debe servir como una brújula moral de la nación.
"Por esta razón ya no me es posible ejercer el cargo de presidente en el país y en el exterior como es debido", declaró, parado al lado de su esposa Bettina.
Merkel pospuso un viaje a Roma, donde iba a dialogar con el primer ministro italiano, Mario Monti, e hizo un breve comunicado luego de las declaraciones de Wulff, diciendo que lamentaba su partida.
La situación cambió dramáticamente para Wulff el jueves por la noche, cuando fiscales estatales en Hannover pidieron al Parlamento que removiera su inmunidad legal por las acusaciones de que aceptó favores, en el preludio de una investigación que se abrirá en su contra.
Es la primera vez que los fiscales piden investigar a un presidente alemán, por lo cual la decisión desató reclamos directos de la oposición para que Wulff, de 52 años, presentara su renuncia.
Es el segundo presidente en dimitir en dos años. Su antecesor, el ex jefe del Fondo Monetario Internacional Horst Koehler, renunció inesperadamente en el 2010 luego de las críticas que recibió por comentarios acerca de la misión alemana en Afganistán.
Hasta ahora, Wulff, un conservador que fue premier del estado de Baja Sajonia antes de ser presidente, había dicho que se quedaría en el puesto para limpiar su nombre. Reiteró su deseo de mantener el cargo en una sesión informativa con periodistas el jueves por la noche.
Lo último que necesita Merkel, que está intentando resolver la crisis desatada en el bloque del euro, es la distracción de una renuncia presidencial y una potencial disputa por su reemplazo.
Los analistas creen que la salida de Wulff podría ser un problema para los Demócratas Cristianos (CDU) de Merkel, que lucharán por retener el control de los estados de Schleswig-Holstein y Saarland en elecciones más adelante este año.
La renuncia puede interpretarse como una mala decisión de Merkel, que colocó a Wulff en el puesto a pesar de que había un fuerte candidato de la oposición que según los sondeos tenía el apoyo de la mayoría de los alemanes.
La canciller dijo que esta vez iba a hablar con la oposición para hallar un candidato de consenso.
RDS
En un breve comunicado de cinco minutos en el palacio presidencial Bellevue, Christian Wulff dijo que había perdido la confianza del pueblo alemán, lo que hacía imposible continuar en un rol que se supone debe servir como una brújula moral de la nación.
"Por esta razón ya no me es posible ejercer el cargo de presidente en el país y en el exterior como es debido", declaró, parado al lado de su esposa Bettina.
Merkel pospuso un viaje a Roma, donde iba a dialogar con el primer ministro italiano, Mario Monti, e hizo un breve comunicado luego de las declaraciones de Wulff, diciendo que lamentaba su partida.
La situación cambió dramáticamente para Wulff el jueves por la noche, cuando fiscales estatales en Hannover pidieron al Parlamento que removiera su inmunidad legal por las acusaciones de que aceptó favores, en el preludio de una investigación que se abrirá en su contra.
Es la primera vez que los fiscales piden investigar a un presidente alemán, por lo cual la decisión desató reclamos directos de la oposición para que Wulff, de 52 años, presentara su renuncia.
Es el segundo presidente en dimitir en dos años. Su antecesor, el ex jefe del Fondo Monetario Internacional Horst Koehler, renunció inesperadamente en el 2010 luego de las críticas que recibió por comentarios acerca de la misión alemana en Afganistán.
Hasta ahora, Wulff, un conservador que fue premier del estado de Baja Sajonia antes de ser presidente, había dicho que se quedaría en el puesto para limpiar su nombre. Reiteró su deseo de mantener el cargo en una sesión informativa con periodistas el jueves por la noche.
Lo último que necesita Merkel, que está intentando resolver la crisis desatada en el bloque del euro, es la distracción de una renuncia presidencial y una potencial disputa por su reemplazo.
Los analistas creen que la salida de Wulff podría ser un problema para los Demócratas Cristianos (CDU) de Merkel, que lucharán por retener el control de los estados de Schleswig-Holstein y Saarland en elecciones más adelante este año.
La renuncia puede interpretarse como una mala decisión de Merkel, que colocó a Wulff en el puesto a pesar de que había un fuerte candidato de la oposición que según los sondeos tenía el apoyo de la mayoría de los alemanes.
La canciller dijo que esta vez iba a hablar con la oposición para hallar un candidato de consenso.
RDS
0 comments so far,add yours