Denuncia tiranía del mercado y hace defensa de los pobres
Vaticano. El papa Francisco atacó el capitalismo sin límites como “una nueva tiranía invisible” e instó a los líderes globales a combatir la pobreza y la creciente desigualdad, en su primera exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio), publicada ayer y que supone el primer texto personal de su pontificado, en el cual llama a la renovación de la Iglesia católica.
El documento de más de 200 páginas amplía las visiones que el Papa ha difundido en sermones y comentarios desde que se convirtió en marzo en el primer Papa no europeo en mil 300 años. En la exhortación, Francisco fue más allá de comentarios previos al criticar el sistema económico global, atacar la “idolatría del dinero” y suplicar a los políticos que garanticen a todos los ciudadanos “trabajo digno, educación y cuidado de la salud”.
También pidió a las personas adineradas que compartan su riqueza. “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata”, escribió Francisco. “No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa”, agregó.
El Papa cuestionó una cultura en la que “se tira la comida cuando hay gente que pasa hambre” y alertó que “ya no se trata simplemente del fenómeno de los excluidos o explotados, sino de considerarlos como desechos, sobrantes”.
El Papa dijo que la renovación de la Iglesia no puede ser postergada y agregó que el Vaticano y su jerarquía arraigada “también necesitaban escuchar el llamado de la conversión pastoral”. “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”, escribió.
Sobre las mujeres, Francisco consideró “que deben tener mayor espacio y una presencia más incisiva” en la Iglesia católica, pero les cerró la puerta al sacerdocio, subrayando que “está reservado a los varones” y que se trata “de una cuestión que no se pone en discusión”.
El teólogo italiano Massimo Faggioli recibió con beneplácito el documento, que llamó “el manifiesto de Francisco”, mientras que el veterano analista del Vaticano John Thavis lo calificó como una “Carta Magna para una reforma de la Iglesia”.
“El mensaje sobre la pobreza pone al papa Francisco en un curso de choque con el pensamiento católico neoliberal, especialmente en Estados Unidos”, dijo Faggioli, un experto en el Concilio Vaticano Segundo y la reforma de la Iglesia Católica. Sin embargo, la Conferencia de Obispos Católicos de EU mostró ayer su respaldo a la exhortación pontificia, dijo David Ricken, presidente del Comité sobre Evangelización y Catequesis de la Conferencia.
Otros analistas católicos agregaron que la línea progresista en la Iglesia podría estar en desacuerdo con el rechazo del documento ala ordenación de mujeres, aunque deja abierta la puerta para que las mujeres asuman posiciones de “toma de decisiones” en la institución.
En julio, Francisco, quien durante todo su papado se ha caracterizado por su austeridad, culminó la encíclica “Lumen Fidei” (La luz de la Fe) que comenzó su antecesor, Benedicto XVI —quien renunció en febrero—, pero señaló que era mayormente el trabajo de éste.
La exhortación de Francisco está dirigida a sacerdotes, religiosos y laicos, tras los trabajos del Sínodo de Obispos, celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012, dedicado a la “Nueva evangelización para la transmisión de la fe”.
Vaticano. El papa Francisco atacó el capitalismo sin límites como “una nueva tiranía invisible” e instó a los líderes globales a combatir la pobreza y la creciente desigualdad, en su primera exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio), publicada ayer y que supone el primer texto personal de su pontificado, en el cual llama a la renovación de la Iglesia católica.
El documento de más de 200 páginas amplía las visiones que el Papa ha difundido en sermones y comentarios desde que se convirtió en marzo en el primer Papa no europeo en mil 300 años. En la exhortación, Francisco fue más allá de comentarios previos al criticar el sistema económico global, atacar la “idolatría del dinero” y suplicar a los políticos que garanticen a todos los ciudadanos “trabajo digno, educación y cuidado de la salud”.
También pidió a las personas adineradas que compartan su riqueza. “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata”, escribió Francisco. “No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa”, agregó.
El Papa cuestionó una cultura en la que “se tira la comida cuando hay gente que pasa hambre” y alertó que “ya no se trata simplemente del fenómeno de los excluidos o explotados, sino de considerarlos como desechos, sobrantes”.
El Papa dijo que la renovación de la Iglesia no puede ser postergada y agregó que el Vaticano y su jerarquía arraigada “también necesitaban escuchar el llamado de la conversión pastoral”. “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”, escribió.
Sobre las mujeres, Francisco consideró “que deben tener mayor espacio y una presencia más incisiva” en la Iglesia católica, pero les cerró la puerta al sacerdocio, subrayando que “está reservado a los varones” y que se trata “de una cuestión que no se pone en discusión”.
El teólogo italiano Massimo Faggioli recibió con beneplácito el documento, que llamó “el manifiesto de Francisco”, mientras que el veterano analista del Vaticano John Thavis lo calificó como una “Carta Magna para una reforma de la Iglesia”.
“El mensaje sobre la pobreza pone al papa Francisco en un curso de choque con el pensamiento católico neoliberal, especialmente en Estados Unidos”, dijo Faggioli, un experto en el Concilio Vaticano Segundo y la reforma de la Iglesia Católica. Sin embargo, la Conferencia de Obispos Católicos de EU mostró ayer su respaldo a la exhortación pontificia, dijo David Ricken, presidente del Comité sobre Evangelización y Catequesis de la Conferencia.
Otros analistas católicos agregaron que la línea progresista en la Iglesia podría estar en desacuerdo con el rechazo del documento ala ordenación de mujeres, aunque deja abierta la puerta para que las mujeres asuman posiciones de “toma de decisiones” en la institución.
En julio, Francisco, quien durante todo su papado se ha caracterizado por su austeridad, culminó la encíclica “Lumen Fidei” (La luz de la Fe) que comenzó su antecesor, Benedicto XVI —quien renunció en febrero—, pero señaló que era mayormente el trabajo de éste.
La exhortación de Francisco está dirigida a sacerdotes, religiosos y laicos, tras los trabajos del Sínodo de Obispos, celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012, dedicado a la “Nueva evangelización para la transmisión de la fe”.
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