Dos sacerdotes de la Iglesia católica fueron asesinados este viernes en su residencia de Veracruz, un estado del este de México, informaron fuentes oficiales, mientras que cuatro personas fueron arrestadas por este caso cuyo móvil aún se desconoce.
La diócesis del municipio de Tuxpan emitió un comunicado en el que expresó su "profunda pena" por el asesinato de Hipólito Villalobos Lima y Nicolás De la Cruz Martínez, ambos sacerdotes de la Parroquia de San Cristóbal, en la ciudad de Ixhuatlán de Madero, Veracruz.
La fiscalía estatal precisó en una nota que los crímenes fueron cometidos "en las primeras horas de este viernes en el interior de su vivienda" y aseguró que hay cuatro personas detenidas vinculadas al caso.
El 11 de noviembre, durante la 96 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, obispos de Michoacán (oeste) y el vecino Guerrero (sur) reconocieron que enfrentan un creciente número de ataques, lo que dificulta sus condiciones de trabajo.
Sólo un día después, la Iglesia católica mexicana denunció la desaparición de Carlos Ornelas Puga, uno de sus sacerdotes en el estado de Tamaulipas (noreste).
Veracruz, Guerrero, Michoacán y Tamaulipas son territorio ferozmente disputado por varios cárteles, que además de dedicarse al narcotráfico, cometen secuestros, extorsiones y asesinatos, a veces bajo la protección de autoridades corruptas.
A inicios de noviembre, el obispo de Apatzingán (Michoacán), Miguel Patiño, tuvo que ser protegido por autoridades de un supuesto ataque inminente, luego de que hubiera emitido un comunicado en el que aseguró que "Michoacán tiene todas las características de un Estado fallido" con gobernantes y policías "sometidos o coludidos con los criminales".
La diócesis del municipio de Tuxpan emitió un comunicado en el que expresó su "profunda pena" por el asesinato de Hipólito Villalobos Lima y Nicolás De la Cruz Martínez, ambos sacerdotes de la Parroquia de San Cristóbal, en la ciudad de Ixhuatlán de Madero, Veracruz.
El 11 de noviembre, durante la 96 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, obispos de Michoacán (oeste) y el vecino Guerrero (sur) reconocieron que enfrentan un creciente número de ataques, lo que dificulta sus condiciones de trabajo.
Sólo un día después, la Iglesia católica mexicana denunció la desaparición de Carlos Ornelas Puga, uno de sus sacerdotes en el estado de Tamaulipas (noreste).
Veracruz, Guerrero, Michoacán y Tamaulipas son territorio ferozmente disputado por varios cárteles, que además de dedicarse al narcotráfico, cometen secuestros, extorsiones y asesinatos, a veces bajo la protección de autoridades corruptas.
A inicios de noviembre, el obispo de Apatzingán (Michoacán), Miguel Patiño, tuvo que ser protegido por autoridades de un supuesto ataque inminente, luego de que hubiera emitido un comunicado en el que aseguró que "Michoacán tiene todas las características de un Estado fallido" con gobernantes y policías "sometidos o coludidos con los criminales".
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