El narcosementerio Jardines Humaya en Sinaloa |
En contraste con los camposantos públicos, en Jardines de Humaya, ubicado en el boulevar Emiliano Zapata, en la colonia Jorge Almada de Culiacán, los mausoleos son edificaciones monumentales de mármol, cristal y los restos yacen en finas maderas.
En los panteones municipales, los cuerpos tienen que ser enterrados hasta tres a la vez, en un tipo de "reciclaje funerario".
A los Jardines de Humaya llegó primero Beltrán Leyva, a quien sólo mujeres acudieron a despedirlo ante el temor de detenciones o enfrentamientos. Pero en enero de 2009, a un mes de su muerte -ocurrida en un operativo efectuado por la Marina en Cuernavaca- apareció una cabeza humana en la tumba a la que incluso, le colocaron una flor y un narcomensaje.
En agosto pasado, Nacho Coronel fue abatido en un enfrentamiento en Jalisco. Sus restos fueron trasladados a Sinaloa en un "little jet" en medio de un fuerte dispositivo.
El cuerpo de Coronel también fue despedido por sus familiares en Jardines de Humaya, en medio de banda sinaloense y una especie de cortejo militar involuntario, a unos metros de su enemigo, El Jefe de Jefes, ex líder del cártel que lideraba con sus hermanos, rivales de rutas del cártel de Sinaloa, al que Coronel encabezaba, junto con Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada.
A Coronel lo acompañan en su último recinto su sobrino, Mario El Gallo Carrasco Coronel, quien fue asesinado un día después que él por el Ejército.
Los restos de Héctor Salazar, otro miembro del narcotráfico, también descansan en el mismo camposanto. En Jardines de Humaya también se encuentran los restos de gente ajena al narcotráfico, como Manuel J. Clouthier del Rincón, Maquío, uno de los fundadores del Partido Acción Nacional (PAN), a quien los líderes de ese partido han llegado a conmemorar en el mismo panteón.
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