En menos de una semana han ocurrido tres masacres de jóvenes en México. El ataque más reciente ocurrió este miércoles en Tepic, Nayarit, en el oeste del país, donde 15 personas fueron asesinadas en un negocio de lavado de automóviles.
Analistas ven los atentados como una señal grave, pues demuestra que los jóvenes tienen ahora un papel protagónico en la disputa de carteles por el control del narcotráfico en el país.Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales, le dijo a BBC Mundo que las organizaciones criminales suelen contratar pandillas para enfrentar a sus rivales y vender droga.
"El problema es que están empleando a otros jóvenes para matar a los pandilleros. Eso es lo que está sucediendo en el país", indicó el investigador.
Se trata de actos perpetrados por criminales sin escrúpulos que arrebatan la vida a personas inocentes, en su mayoría jóvenes, con toda una vida por delante
Felipe Calderón, presidente de México
"Los criminales, en su barbarie homicida e irracional, en su ciega y desesperada guerra intestina o contra sus adversarios, asesinan sin piedad y sin escrúpulos", dijo.
Tres días antes de esta nueva masacre, un grupo de desconocidos asesinó a 14 jóvenes en un centro de rehabilitación para adictos a las drogas en Tijuana, al noroeste del país.
Y antes, en Ciudad Juárez, 13 jóvenes murieron al ser atacados por sicarios. Testigos dijeron a las autoridades que algunos agresores eran jóvenes y adolescentes.
Atrapados
La participación de jóvenes en la violencia por el narcotráfico es un fenómeno reciente, explicó Barrón.Muchas de las víctimas son inocentes, cuyo único problema fue encontrarse en sitios donde había personas aparentemente vinculadas a la delincuencia.
Pero otros juegan el papel contrario, el de sicarios que en algunos casos han sido responsables de las matanzas.
"Los dirigen adultos, y como tienen que cumplir con las órdenes, no les importa matar a 10 o 15 personas", indicó.
En este círculo los jóvenes resultan los más perjudicados, añadió Nashieli Ramírez, directora de la organización Ririki, especializada en menores de edad.
"Son víctimas los que están matando pero también quienes forman los escuadrones, que son jóvenes y adolescentes", dijo en conversación con BBC Mundo.
Según el Centro Binacional de Derechos Humanos de Tijuana, estos sicarios permanecen poco tiempo en los carteles: algunos mueren en enfrentamientos, y otros son asesinados por sus jefes.
Por lo pronto, Ririki y otras agrupaciones demandaron la intervención de la Organización de Naciones Unidas para detener los ataques contra la población juvenil del país.
Las autoridades mexicanas han responsabilizado a la delincuencia organizada de esta violencia.
Objetivo: adictos
La masacre de Nayarit ocurrió en un negocio de lavado de automóviles. Según el gobierno local, diez de las víctimas eran adictos en rehabilitación que trabajaban en el sitio como parte de su tratamiento.Es un patrón que se ha repetido en otros lugares, especialmente en Ciudad Juárez donde en el último ataque similar, en junio pasado, murieron 19 personas.
"Se trata de actos perpetrados por criminales sin escrúpulos que arrebatan la vida a personas inocentes, en su mayoría jóvenes, con toda una vida por delante; que luchaban por labrarse un mejor futuro, por superar las adicciones, por estudiar", dijo el presidente Calderón.
La Procuraduría (fiscalía) General de la República colabora con el gobierno de Nayarit en la investigación de la masacre.
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