Cuando se habla de la infidelidad, nuestro pensamiento se transporta inmediatamente al hombre: se le acusa indiscriminadamente de ser el infiel en potencia.
¿Pero qué pasa cuando ese hombre infiel lo es con una mujer que también es casada?
¿Qué papel desempeña la mujer casada en esa relación?
¿Cómo se le llama a la mujer que esta teniendo una relación extramatrimonial? Una relación en la que por momentos se olvida de casa, familia, hijos y hasta de si misma, y lo que es peor, son infieles por Internet.
La mujer se convence a si misma y hace veraces las mentiras que lee o escucha por Internet o teléfono.
No se dan cuenta en las horas que pasan sentadas enfrente de un monitor, esperando a que aparezca “él” para decirle lo que quiere escuchar. Las verdades las hace mentiras, no se da cuenta que la única verdad esta allí cerca, al alcance de su mano, al alcance de sus caricias, de sus abrazos, de sus palabras.
Tiene a un esposo cerca, pero espera con impaciencia que se llegue la hora de que este se vaya para conectarse, para “encontrase” con su amante cibernético y se empeña en sentirse “enamorada” de alguien que le dice que la ama.
Mientras, el amante que la hace soñar está en su propio hogar: compartiendo con una esposa exhausta por el trajín del día, que por el ir y venir de su trabajo y de sus tareas hogareñas se recuesta a descansar. Y el, esposo comprensivo y amoroso, la deja descansar. Mientras ella descansa, él “trabaja” un rato en el pc, y mientras la esposa duerme, él se lanza a la conquista de alguien más que necesite escuchar las mismas cosas que antes le dijo a esa amante que sueña con él, y parece no darse cuenta que tiene a un esposo durmiendo a su lado, también cansado, mientras ella, sueña y vive su fantasía.
No se dan cuenta, o no quieren darse cuenta que esta viviendo un amor, “amor de Internet” una infidelidad que le hace arriesgar lo que tiene a su lado, cosas reales que son su felicidad y vive una falsedad que podría convertirse en lagrimas de arrepentimiento, en lamentos que pueden atraparla por el resto de su vida.
También de esa forma, nos fallamos a nosotras mismas, alterando una vida serena y tranquila, soñando ilusamente en “algún día verlo” y tratando de alcanzar lo que nunca será.
Le fallamos a nuestros hijos que idealizan a la madre como es ser mas puro del mundo, pero mas que todo, fallamos a nuestros principios esos que nos fueron inculcados desde los primeros minutos de vida.
¿Deberías rescatar los valores que se nos escapan a pasos agigantados? ¿Qué harías para lograrlo?
Espero tu valiosa opinión.
Con el mismo cariño de siempre:
Amanecer cautiva del amor.
¿Pero qué pasa cuando ese hombre infiel lo es con una mujer que también es casada?
¿Qué papel desempeña la mujer casada en esa relación?
¿Cómo se le llama a la mujer que esta teniendo una relación extramatrimonial? Una relación en la que por momentos se olvida de casa, familia, hijos y hasta de si misma, y lo que es peor, son infieles por Internet.
La mujer se convence a si misma y hace veraces las mentiras que lee o escucha por Internet o teléfono.
No se dan cuenta en las horas que pasan sentadas enfrente de un monitor, esperando a que aparezca “él” para decirle lo que quiere escuchar. Las verdades las hace mentiras, no se da cuenta que la única verdad esta allí cerca, al alcance de su mano, al alcance de sus caricias, de sus abrazos, de sus palabras.
Tiene a un esposo cerca, pero espera con impaciencia que se llegue la hora de que este se vaya para conectarse, para “encontrase” con su amante cibernético y se empeña en sentirse “enamorada” de alguien que le dice que la ama.
Mientras, el amante que la hace soñar está en su propio hogar: compartiendo con una esposa exhausta por el trajín del día, que por el ir y venir de su trabajo y de sus tareas hogareñas se recuesta a descansar. Y el, esposo comprensivo y amoroso, la deja descansar. Mientras ella descansa, él “trabaja” un rato en el pc, y mientras la esposa duerme, él se lanza a la conquista de alguien más que necesite escuchar las mismas cosas que antes le dijo a esa amante que sueña con él, y parece no darse cuenta que tiene a un esposo durmiendo a su lado, también cansado, mientras ella, sueña y vive su fantasía.
No se dan cuenta, o no quieren darse cuenta que esta viviendo un amor, “amor de Internet” una infidelidad que le hace arriesgar lo que tiene a su lado, cosas reales que son su felicidad y vive una falsedad que podría convertirse en lagrimas de arrepentimiento, en lamentos que pueden atraparla por el resto de su vida.
“Yo le creí cuando me dijo que amaba, pero todo era mentira”La mujer cae victima de su propia infidelidad porque creyó en las palabras zalameras de otro infiel igual o peor que ella misma. Mujeres, pensemos por un momento que la infidelidad no es sólo de palabra y obra, también se es infiel cuando estamos amparadas en una fantasía, en un amor secreto de Internet, eso también es infidelidad, también de esa forma le fallamos a Dios.
También de esa forma, nos fallamos a nosotras mismas, alterando una vida serena y tranquila, soñando ilusamente en “algún día verlo” y tratando de alcanzar lo que nunca será.
Le fallamos a nuestros hijos que idealizan a la madre como es ser mas puro del mundo, pero mas que todo, fallamos a nuestros principios esos que nos fueron inculcados desde los primeros minutos de vida.
¿Deberías rescatar los valores que se nos escapan a pasos agigantados? ¿Qué harías para lograrlo?
Espero tu valiosa opinión.
Con el mismo cariño de siempre:
Amanecer cautiva del amor.
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