Estados Unidos e Israel están divididos sobre un posible ataque contra Irán para frenar su programa nuclear y sus aspiraciones de bomba atómica. El presidente Barack Obama quiere impedir que Teherán consiga el arma nuclear a toda costa mientras que el primer ministro de Israel tiene en mente destruir toda la capacidad nuclear iraní. Así, Benjamin Netanyahu viajaba a la Casa Blanca con el objetivo de persuadir a Obama y sellar un acuerdo público para escenificar su alianza contra el régimen iraní. Un acuerdo que no ha conseguido.
"Mi política es la de prevenir que Irán obtenga un arma nuclear. Aunque como he dicho una y otra vez, no dudaré en usar la fuerza cuando sea necesario para defender a Estados Unidos y sus intereses”, manifestaba este fin de semana pasado el presidente. "Las discrepancias vienen en la definición de las líneas rojas, o la definición del momento en que hay que hacer algo", asegura al diario 'The Daily Beast' Efraín Asculai, científico nuclear israelí que trabajó durante 40 años en la Comisión de Energía Atómica del país.
Ahí radica la gran diferencia. Israel cree que el tiempo se ha agotado pero EEUU aún considera que es posible presionar al régimen de Mahmud Admadineyad para que abandone sus aspiraciones. Aunque Obama es consciente de que debe mantener los buenos lazos con uno de sus principales aliados, por lo que ha recordado que “siempre guardará las espaldas de Israel". Además, el presidente de EEUU ha repetido habitualmente que “todas las opciones están sobre la mesa”, y que “no se trata de un farol” ya que si es necesario atacar, Estados Unidos está preparado para hacerlo.
Esta diferencia de fondo quedó patente en el discurso de Obama en el Comité de Acción Política Americano-Israelí (AIPAC), el principal grupo de presión judío en EEUU. “Los líderes de Irán deben saber que no tengo una política de contención, tengo una política para prevenir que obtengan un arma nuclear”, manifestó Obama, ya que hablar demasiado de guerra podría ser incluso contraproducente.
Esta diferencia de fondo quedó patente en el discurso de Obama en el Comité de Acción Política Americano-Israelí (AIPAC), el principal grupo de presión judío en EEUU. “Los líderes de Irán deben saber que no tengo una política de contención, tengo una política para prevenir que obtengan un arma nuclear”, manifestó Obama, ya que hablar demasiado de guerra podría ser incluso contraproducente.
Y es que durante las últimas semanas, el debate sólo ha beneficiado al gobierno iraní, al elevar el precio del petróleo, del que dependen para financiar su programa nuclear. Por este motivo, Obama prefiere centrar ahora sus esfuerzos en la vía diplomática, lo que significa que para Washington no hay razones para emplear la fuerza en un futuro previsible, es decir, este año como prevé Israel.
Israel podría ir por libre
La conclusión a la que ha llegado Netanyahu tras su visita es clara: si cree que el ataque es inevitable en 2012, tendrá que afrontarlo en solitario. Un desacuerdo entre dos aliados habituales que lleva casi un año gestándose. Así, la revista 'Newsweek' confirmaba que Israel había dejado el verano pasado de compartir con Estados Unidos los datos clave de la planificación militar de Irán.
Y no es la primera vez que Israel lanza un ataque unilateral. Lo hizo en dos ocasiones: en Irak y Siria, para detener sus programas nucleares, y en ninguna de las operaciones contó con el apoyo explícito estadounidense. La negativa de Obama a mover la línea roja contra Irán, en la conferencia anual del mayor lobby de Israel en su país, preocupa entre los poderosos sectores proisraelíes del país. Así, al evento asistieron y participaron como oradores importantes miembros del Partido Republicano de EEUU.
Y no es la primera vez que Israel lanza un ataque unilateral. Lo hizo en dos ocasiones: en Irak y Siria, para detener sus programas nucleares, y en ninguna de las operaciones contó con el apoyo explícito estadounidense. La negativa de Obama a mover la línea roja contra Irán, en la conferencia anual del mayor lobby de Israel en su país, preocupa entre los poderosos sectores proisraelíes del país. Así, al evento asistieron y participaron como oradores importantes miembros del Partido Republicano de EEUU.
Entre ellas, la hija Liz del exvicepresidente Dick Cheney, mano derecha del gobierno de George Bush hijo. En su intervención hubo aplausos generalizados cuando arremetió contra Obama al que acusó de ser el presidente que más había hecho más para "debilitar y deslegitimar" a Israel. Cheney auguró que la próxima conferencia de AIPAC se llevará a cabo bajo un nuevo presidente EE.UU.
Para "los partidarios de Israel" en EEUU, como los definió delicadamente el 'New York Times', Obama debe ser derrotado en las elecciones de noviembre, un asunto que según el diario neoyorkino también está en la agenda del gobierno actual de Israel. Así, el actual gobierno israelí podría lanzar una guerra sin previo aviso, para crear una situación que muestre la debilidad del presidente de EEUU y forzarle a cooptar con una guerra que no quiere y no cree que sea necesaria de momento.
Para "los partidarios de Israel" en EEUU, como los definió delicadamente el 'New York Times', Obama debe ser derrotado en las elecciones de noviembre, un asunto que según el diario neoyorkino también está en la agenda del gobierno actual de Israel. Así, el actual gobierno israelí podría lanzar una guerra sin previo aviso, para crear una situación que muestre la debilidad del presidente de EEUU y forzarle a cooptar con una guerra que no quiere y no cree que sea necesaria de momento.
Una jugada que podría ayudar al miembro republicano que salga elegido para enfrentarse al actual presidente, ya que todos los candidatos se han comprometido con las posiciones belicistas más extremas de Israel. Obama se encuentra así en una posición comprometida, tanto si decide unirse a un hipotético ataque como si se niega.
Irán triplica su producción de uranio, muy por encima de lo necesario para usos pacíficos
Mientras tanto, Irán continúa con su demostración de fuerza y mantiene su producción nuclear a toda La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) siente una "gran inquietud" por el posible carácter militar de las actividades nucleares de Irán, que ha triplicado su producción mensual de uranio altamente enriquecido, según el director general de la agencia, Yukiya Amano."La agencia sigue sintiendo una gran inquietud por las posibles dimensiones militares del programa nuclear de Irán", ha declarado Amano que considera que la AIEA "no puede ofrecer garantías creíbles de que no hay material o actividades nucleares no declarados y, por tanto, no puede concluir que todo el material nuclear que hay en Irán se dedica a actividades pacíficas".
Y es que desde el anterior informe de la agencia, Irán ha triplicado la producción mensual de uranio refinado con una concentración fisible del 20%, muy por encima del nivel necesario para hacer funcionar una central nuclear. La República Islámica asegura que ese uranio servirá como combustible para un reactor de Teherán que produce isótopos médicos.
Sin embargo, Irán ha realizado ya la mayor parte del esfuerzo técnico necesario para alcanzar el 90%, el nivel con el que se pueden provocar explosiones atómicas. Asimismo, las autoridades iraníes no facilitan la misión de lo observadores internacionales, lo que ha despertado nuevas sospechas.
“El régimen de Teherán tiene algo que ocultar”
Amano ha confirmado además que existen indicios de que se están pasos en la base militar iraní de Parchin que inquietan al organismo. "Pueden existir actividades actualmente en Parchin que nos urgen a querer ir y las informaciones que hemos oído sobre la limpieza de la zona son muy preocupantes”.A pesar de aceptar la entrada de la AIEA en el país, Teherán se ha negado a facilitar estas visitas negando las acusaciones de que en la base hay una cámara para realizar pruebas con grandes explosivos. El organismo sospecha que pasa algo extraño. "Es evidente que Irán no quiere que la Agencia vaya a Parchin porque tiene algo que ocultar".
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