Baño de sangre. Aviones mataron a más de 250 opositores en Trípoli
TRÍPOLI | EL PAÍS DE MADRID, AP Y AFP
Las peores amenazas pronunciadas por el régimen libio contra los manifestantes se cumplen. El gobierno ha decidido responder al aumento de las protestas llevando su furia represora todavía más lejos.
Al tiempo que se anunciaba en la televisión una operación contra "los terroristas", el Ejército inició un duro ataque en algunos barrios de Trípoli, ciudad en la que ayer se habían extendido las protestas contra Muamar el Gadafi, que gobierna desde hace 42 años.
En las calles de la capital hay cadáveres tirados y se escuchan disparos de artillería pesada, según constató EFE -citada por El País de Madrid-. Varios testigos relataron la participación en los ataques de la aviación, que abrió fuego real contra la multitud. La cadena Al Jazeera señaló que los bombardeos mataron a más de 250 personas, que se sumarían a las ya casi 300 de los seis anteriores días de represión.
"Lo que estamos presenciando hoy es inimaginable. Aviones y helicópteros militares están bombardeando un barrio tras otro", aseguró Adel Mohamed Saleh, un hombre que se declara activista anti-Gadafi. Según Saleh, contactado por la agencia Reuters, también citada por El País de Madrid, los bombardeos se suceden "cada 20 minutos" y están produciendo "muchísimos muertos".
Aunque la impermeabilidad informativa del régimen libio impide confirmar de manera independiente esas informaciones, el Comité libio para la Verdad y la Justicia, una ONG con base en Suiza, aseguró que tenía informes provenientes de Libia en el mismo sentido e Italia puso sus bases aéreas en alerta máxima.
La comunidad internacional, con ONU al frente, pidió el cese de la violencia en el mismo día en que varias empresas y países (EE.UU., entre otros) anunciaron la evacuación del personal no esencial.
Varios países de la Unión Europea pidieron el cese de la represión y un funcionario allegado a la administración Barack Obama advirtió que su gobierno está "considerando todas las acciones apropiadas".
Dentro de la confusión que enmarca todo lo que está pasando en Libia, dos cazas del Ejército de este país aterrizaron en la capital de Malta (a 350 km de Trípoli). El diario Times of Malta asegura que el aterrizaje de los dos Mirage monoplaza se produjo después de que tomaran tierra, también en La Valletta, dos helicópteros civiles con siete personas a bordo que salieron de Libia "sin autorización oficial" y aseguran ser franceses (aunque sólo uno llevaba pasaporte). El gobierno maltés señaló que los pilotos de los dos cazas son coroneles que pidieron asilo político. Dijeron que decidieron exiliarse tras recibir la orden de bombardear a los manifestantes. El Ministerio de Exteriores libio dijo que desconocía por qué dos aviones estaban en La Valletta y aprovechó para desmentir rumores que sitúan a Gadafi fuera de Libia (ver página 3).
Mientras, la crisis social que vive Libia cala por momentos en el aparato político del cerrado régimen. El ministro de Justicia, Mustafá Abul Jalil, anunció en la tarde de ayer su dimisión por su desacuerdo con la represión de los manifestantes. Aunque no se confirmó de manera oficial, el diario Quryna -que pertenece a un grupo mediático propiedad de Saif el Islam, uno de los hijos del dictador- sacó en su edición digital la noticia. Aseguran que sus periodistas se han puesto en contacto telefónico con el ministro de Justicia y que éste les explicó su renuncia "para protestar por el uso excesivo de la fuerza".
Varias agencias informan de que algunos edificios gubernamentales de la capital libia fueron pasto de las llamas ayer y que las sedes de la televisión y la radio públicas fueron saqueadas y quemadas por una turba enfurecida durante la madrugada del lunes.
"La Casa del Pueblo (Parlamento) está en llamas; los bomberos tratan de apagar el fuego", explicó un testigo citado por Reuters. Al Jazeera informa de que la sede central del gobierno libio y el edificio que alberga el Ministerio de Justicia en Trípoli también fueron incendiados. Mientras, las fuerzas del orden se retiraban prácticamente de las calles de la capital, según relata Reuters, que asegura que una comisaría de un barrio del Este de la ciudad fue asaltada y calcinada.
En Bengasi, las principales arterias de la ciudad están bajo control de los manifestantes según el relato de testigos locales citados también por Reuters. Cuentan con el apoyo de algunos militares, según esas mismas fuentes. Un diplomático libio aseguró a Al Jazeera que algunos "oficiales" retiraron su apoyo a Gadafi y se pusieron de parte del pueblo. Según la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que agrupa a 164 organizaciones y tiene su base en París, esta situación se extendió a otras localidades menores. Testimonios procedentes de los disidentes de Bengasi aseguran que los manifestantes también se hicieron de tanques y grandes cantidades de armas y municiones del Ejército según reconoció el hijo de Gadafi, Saif al Islam, en un discurso. "Los criminales circulan a bordo de blindados", dijo. Y amenazó con una guerra civil.
"Me dirijo ante ustedes antes de recurrir a las armas. Libia está en una intersección. O nos ponemos de acuerdo hoy sobre las reformas, o no lloraremos solo 84 muertos -el hijo de Gadafi repitió está cifra en varios pasajes de su discurso, aunque se sabe que ya hay cientos de víctimas-, sino miles y habrá ríos de sangre en toda Libia", afirmó durante una alocución transmitida por la televisión estatal. También advirtió que "Libia no es Túnez ni Egipto", en referencia a las revoluciones que provocaron en las últimas semanas la caída de esos otros dos longevos regímenes.
Por otro lado, precisó que se iba a crear una comisión investigadora para ir contra quienes realizan las manifestaciones. Esta estará formada "por miembros a organizaciones libias y extranjeras de derechos humanos", agregó.
El crudo de referencia para entrega en marzo avanzó US$ 4,13, el 4,8%, y cerró en 90,13 por barril en el intercambio electrónico de la Bolsa Mercantil de Nueva York, mientras que en Londres la mezcla Brent del Mar del Norte aumentó US$ 2,35, el 2,3%, a 104,84 el barril, aunque momentos antes había rebasado los 105 dólares. Esta cotización constituyó la más alta en los últimos dos años y medio. AP
Las peores amenazas pronunciadas por el régimen libio contra los manifestantes se cumplen. El gobierno ha decidido responder al aumento de las protestas llevando su furia represora todavía más lejos.
Al tiempo que se anunciaba en la televisión una operación contra "los terroristas", el Ejército inició un duro ataque en algunos barrios de Trípoli, ciudad en la que ayer se habían extendido las protestas contra Muamar el Gadafi, que gobierna desde hace 42 años.
En las calles de la capital hay cadáveres tirados y se escuchan disparos de artillería pesada, según constató EFE -citada por El País de Madrid-. Varios testigos relataron la participación en los ataques de la aviación, que abrió fuego real contra la multitud. La cadena Al Jazeera señaló que los bombardeos mataron a más de 250 personas, que se sumarían a las ya casi 300 de los seis anteriores días de represión.
"Lo que estamos presenciando hoy es inimaginable. Aviones y helicópteros militares están bombardeando un barrio tras otro", aseguró Adel Mohamed Saleh, un hombre que se declara activista anti-Gadafi. Según Saleh, contactado por la agencia Reuters, también citada por El País de Madrid, los bombardeos se suceden "cada 20 minutos" y están produciendo "muchísimos muertos".
La comunidad internacional, con ONU al frente, pidió el cese de la violencia en el mismo día en que varias empresas y países (EE.UU., entre otros) anunciaron la evacuación del personal no esencial.
Varios países de la Unión Europea pidieron el cese de la represión y un funcionario allegado a la administración Barack Obama advirtió que su gobierno está "considerando todas las acciones apropiadas".
Dentro de la confusión que enmarca todo lo que está pasando en Libia, dos cazas del Ejército de este país aterrizaron en la capital de Malta (a 350 km de Trípoli). El diario Times of Malta asegura que el aterrizaje de los dos Mirage monoplaza se produjo después de que tomaran tierra, también en La Valletta, dos helicópteros civiles con siete personas a bordo que salieron de Libia "sin autorización oficial" y aseguran ser franceses (aunque sólo uno llevaba pasaporte). El gobierno maltés señaló que los pilotos de los dos cazas son coroneles que pidieron asilo político. Dijeron que decidieron exiliarse tras recibir la orden de bombardear a los manifestantes. El Ministerio de Exteriores libio dijo que desconocía por qué dos aviones estaban en La Valletta y aprovechó para desmentir rumores que sitúan a Gadafi fuera de Libia (ver página 3).
Mientras, la crisis social que vive Libia cala por momentos en el aparato político del cerrado régimen. El ministro de Justicia, Mustafá Abul Jalil, anunció en la tarde de ayer su dimisión por su desacuerdo con la represión de los manifestantes. Aunque no se confirmó de manera oficial, el diario Quryna -que pertenece a un grupo mediático propiedad de Saif el Islam, uno de los hijos del dictador- sacó en su edición digital la noticia. Aseguran que sus periodistas se han puesto en contacto telefónico con el ministro de Justicia y que éste les explicó su renuncia "para protestar por el uso excesivo de la fuerza".
Varias agencias informan de que algunos edificios gubernamentales de la capital libia fueron pasto de las llamas ayer y que las sedes de la televisión y la radio públicas fueron saqueadas y quemadas por una turba enfurecida durante la madrugada del lunes.
"La Casa del Pueblo (Parlamento) está en llamas; los bomberos tratan de apagar el fuego", explicó un testigo citado por Reuters. Al Jazeera informa de que la sede central del gobierno libio y el edificio que alberga el Ministerio de Justicia en Trípoli también fueron incendiados. Mientras, las fuerzas del orden se retiraban prácticamente de las calles de la capital, según relata Reuters, que asegura que una comisaría de un barrio del Este de la ciudad fue asaltada y calcinada.
En Bengasi, las principales arterias de la ciudad están bajo control de los manifestantes según el relato de testigos locales citados también por Reuters. Cuentan con el apoyo de algunos militares, según esas mismas fuentes. Un diplomático libio aseguró a Al Jazeera que algunos "oficiales" retiraron su apoyo a Gadafi y se pusieron de parte del pueblo. Según la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que agrupa a 164 organizaciones y tiene su base en París, esta situación se extendió a otras localidades menores. Testimonios procedentes de los disidentes de Bengasi aseguran que los manifestantes también se hicieron de tanques y grandes cantidades de armas y municiones del Ejército según reconoció el hijo de Gadafi, Saif al Islam, en un discurso. "Los criminales circulan a bordo de blindados", dijo. Y amenazó con una guerra civil.
"Me dirijo ante ustedes antes de recurrir a las armas. Libia está en una intersección. O nos ponemos de acuerdo hoy sobre las reformas, o no lloraremos solo 84 muertos -el hijo de Gadafi repitió está cifra en varios pasajes de su discurso, aunque se sabe que ya hay cientos de víctimas-, sino miles y habrá ríos de sangre en toda Libia", afirmó durante una alocución transmitida por la televisión estatal. También advirtió que "Libia no es Túnez ni Egipto", en referencia a las revoluciones que provocaron en las últimas semanas la caída de esos otros dos longevos regímenes.
Por otro lado, precisó que se iba a crear una comisión investigadora para ir contra quienes realizan las manifestaciones. Esta estará formada "por miembros a organizaciones libias y extranjeras de derechos humanos", agregó. Reacción en los mercados
Los mercados reaccionaron ante la crisis libia. En los mercados cambiarios, el euro retrocedió 0,1% y quedó en US$ 1,3671. Entre los metales, la onza de oro aumentó US$ 17 y cerró en 1.406.El crudo de referencia para entrega en marzo avanzó US$ 4,13, el 4,8%, y cerró en 90,13 por barril en el intercambio electrónico de la Bolsa Mercantil de Nueva York, mientras que en Londres la mezcla Brent del Mar del Norte aumentó US$ 2,35, el 2,3%, a 104,84 el barril, aunque momentos antes había rebasado los 105 dólares. Esta cotización constituyó la más alta en los últimos dos años y medio. AP
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